Capítulo dos

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Otro día de fastidioso trabajo para Amara, aún tenía que buscar algún otro trabajo para conseguir más dinero, se levantó temprano para ir a la cafetería en donde trabajaba todas las mañanas, después del medio día se dedicaría a buscar algún otro empleo.

Mientras atendía una mesa, casualmente escuchó de un buen trabajo en un burdel aquí en Detroit, el cual se llamaba Divine, al parecer pagaban muy bien, claro, ¿a quién no le pagarían bien por vender su cuerpo? Por la mente de Amara pasaban un millón de preguntas tales como; ¿vendiendo su cuerpo podría conseguir más rápido el dinero que faltaba? Si así fuese, ¿seria capas de hacer tal bajeza? Ella no estaba segura de nada, quería pagar lo más pronto posible el dinero, pero no sabía si hacer aquello, sería lo mejor o no.

Tendría que pensarlo muy bien antes de hacer cualquier estupides, trató de concentrarse en su trabajo, tenía todo el día para pensarlo. Al terminar su trabajo, fue hasta una agencia para ver si le podían ayudar a conseguir empleo, estuvo casi toda la tarde ahí y al final no consiguió nada.

La única opción que ella supuso le quedaba era esa, ¿trabajar en un burdel sería tan malo? No lo sabía, pero ir a mirar no era malo ¿verdad?

Amara busco la dirección de aquel burdel y al encontrarla tomó un taxi, del cual se bajo una cuadra antes, caminó indecisa mientras sobaba sus sienes, el burdel quedaba bastante lejo de donde vivía, tal vez si tenía suerte no se encontraría con ningún conocido.

Cuando llegó hasta la puerta de Divine, se tragó su orgullo y dignidad, esto era lo menos digno que se le pudiese haber ocurrido, pero aún estaba a tipo de irse.

<Aún no es tarde Amara, piénsalo bien> se dijo cerrando los ojos por unos segundos, escuchó como la gran puerta de entrada se abría y dio un brinco del susto, una mujer que demostraba más de 40 años la quedó mirando.

-¿Necesitas algo?- preguntó seria, Amara trago ruidosamente.

-Queria... conseguir, trabajo- dijo casi tartamudeando, la mujer la miró de los pies a la cabeza y al llegar a sus ojos arqueo una ceja.


-¿Que edad tienes?- preguntó.

-Diecinueve - contestó rápido.

-Te vez menor- dijo la mujer arrugando el entrecejo.

-Si quiere, puedo mostrarle mi identificación- dijo Amara buscando en su cartera.

-No, esta bien, te creó- Amara dejo de buscar en su cartera y miró a la señora- Ven, pasa.

-Gracias- susurro, se adentro al lujoso burdel, ya adentro vio a varias chicas con muy poca ropa, también una buena cantidad de hombres embobados por las curvas de estas.

-Soy la dueña del lugar- dijo la mujer mientras caminaban por el gentío - Todas mis chicas son llamadas por apodos los cuales ellas mismas eligen- explicaba sin mirarla- Por ejemplo yo, soy llamada Doña Diva, la pelirroja de allí- dijo apuntando a una chica en el escenario- es Fanny.

-Ya veo- murmuró.

-¿Estas segura de que quieres trabajar aquí? Una vez dentro no podrás salir- advirtió Doña Diva, Amara movió la cabeza en modo de afirmación- Bien, lo primero que debes hacer es decir tu apodo.

-Ehmm, Mara- respondió sin más, no era muy buena en eso de los apodos, sonrió nerviosa al pensar que tal vez se había apresurado al dar casi su nombre.

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Hola, disfruten del cap n.n

By: YazAguii.

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