Capítulo díez

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—¿Qué? ¿Trabajar para ti?— preguntó Amara algo sorprendida— ¿De... de qué?

—Quiero que seas mi asistente— respondió él, Amara lo pensó por un momento, ser su asistente era mejor que ser prostituta, se mordió el labio inferior y luego de unos segundo asintió sin mirarlo a la cara— ¿Eso es un si?

—Si— dijo ella— Pero será después del trabajo de la cafetería.

—Esta bien— dijo Jensen, se acercó a Amara y le extendió su mano, para cerrar el trato con un apretón de manos, ella tomó su mano y la soltó enseguida.

—Bien, me iré a dormir, mañana nos vemos— luego de decir eso salió casi corriendo de la casa.

Cuando Amara entró a su casa, recordó porque se había ido en primer lugar, fue hasta el despacho de su padre y de un mueble saco un bate de béisbol, esta vez revisaria toda la casa antes de dormir, fue habitación por habitación buscando rastros de algún intruso, pero no encontró nada, si habían intrusos antes ahora ya no estaban, respiro aliviada y fue hasta su habitación, dejó el bate debajo de la cama y se puso el pijama, desde mañana empezaría a trabajar para Jensen, Amara se preguntaba si era normal trabajar para él, después de lo que había pasado entre ellos, ahora que lo recordaba se ponía nerviosa, el día de ayer todo había sido confuso para ella y no sabía si lo habían hecho por qué querían o simplemente debería cobrarle por aquello, aunque claro, le daba mucha vergüenza hablar del tema, con todas estas dudas en mente, Amara por fin se durmió.

Despertó al escuchar la alarma, se levantó y fue hasta el baño, se metió a la ducha y estuvo ahí por unos cuantos minutos, no debía llegar tarde así que se apresuró, se vistió con lo primero que tomó y se fue hasta la parada de autobús, espero por cinco minutos hasta que el autobús llegó, esperaba no tener mucho trabajo en la cafetería hoy, ya que debía trabajar hasta tarde en la casa de Gallagher.

Al llegar se cambió de ropa y comenzó a atender a los clientes que iban llegando, luego de unas horas de trabajar sin parar, Amara tomó un descanso de treinta minutos, después de su descanso volvió al trabajo, ahora era el turno de su compañera Cleo de tomar un descanso, así que Amara se quedaría sola atendiendo a los clientes. Al mirar hacia la puerta vio entrar a su peor enemigo, él entró con una chica del brazo, tomaron asiento y esperaron a que alguien los atendiera, Amara respiro profundo, tenía que poner su mejor sonrisa, aunque fuera falsa, se acercó hasta la mesa en donde estaba aquel odioso chico.

—Buenas tardes— saludó la chica, el muchacho al verla alzó una ceja y sonrió.

—Buenas tardes— saludó él.

—¿Que desean ordenar?— dijo ella ignorando la forma en que la miraba él.

—¿Que vas a pedir linda?— le preguntó el chico a la castaña con la que había llegado, ella miró la carta.

—Un capuchino y una media luna— contestó con una sonrisa.

—¿Y usted señor?— le preguntó Amara.

—Lo mismo que la señorita— ella anotó el pedido y se dio la vuelta para irse— Ah, y Amara, trata de hacerlos bien.

—Por supuesto— dijo ella, odiaba a este chico, siempre era así, la trataba como una inútil, como si no supiese hacer su trabajo— Estúpido Gallagher— dijo con la mandíbula apretada.

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Hola, espero les guste el capítulo, si alcanzó a escribir el otro capítulo lo subiré, si no, lo dejaré para el próximo lunes.

By: YazAguii.

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