Descenso al paraíso

¿En serio eres así?

- ¿De verdad tienes que leer todo esto?

- Si bueno... Tengo hasta el viernes, si me esfuerzo puedo acabar y darme el lujo de hacer un repaso...

- ¿TIENES QUE LEER TODO ESTO ESTA MISMA SEMANA? ¡Pensé que era para final de mes! Dios mío... - La sorpresa en la cara de la chica resultaba equiparable a la que había sentido la mayor hacía un par de horas al verla parada frente a su apartamento con uniforme escolar; ella habría jurado que eran de la misma edad, pero vaya a ser que no. De cualquier modo Komaru le había comentado que ya este año se graduaría y que su sueño era entrar a la misma universidad, aunque ella pensaba irse por artes.

- Oye, no se está en literatura solo para admirar la belleza de los poemas sabes...

- Me imagino que si... Pero eso no quita que sea algo admirable ¡Se nota que pones mucho empeño, Fukawa-san! Algún día me gustaría mucho leer algo que escribieses – Al escuchar ese comentario, la mayor se detuvo en seco ¿Por qué esta chica era tan amable? Diablos... Además, nadie en su vida jamás había pedido tan directamente ver uno de sus escritos, era algo a lo que definitivamente no estaba acostumbrada - ¿P-Pasa algo malo?

- No no... Es que... No suelo mostrar mi trabajo, es todo – Bueno, si en verdad insistía podría darle algún manuscrito viejo de esos que jamás había publicado en ninguna parte, aunque no fuesen lo mejor del mundo, al menos sería algo inédito con lo que no tendría posibilidad de compararla con nadie más.

- ¿De verdad? Bueno, creo que te entiendo, yo tampoco suelo mostrarle mis dibujos a nadie jeje, en parte porque no soy tan buena aun... ¡Pero practico todos los días! Quisiera poder hacer un manga que toque el corazón de muchos, y que luego lo volviesen anime... Quizás hasta un musical ¡O una obra de teatro! – Ambiciosa ¿Eh? De cualquier modo, el sueño de cualquier artista, en todos los medios, siempre iba a ser el del reconocimiento, la naturaleza humana en su estado puro, aquél individuo que no quisiera dejar huella en el hueco al que llamaban sociedad no era más que un vil mentiroso. Fukawa nunca había sido mucho de leer manga, quizás porque las historias en ellos no le atraían y hasta cierto punto se convertían en algo sumamente predecibles, además la literatura permitía explorar a mayor profundidad la psicología del personaje, crear tramas más profundas, indagar en aquello sobre lo que se quisiera narrar e incluso cambiar la perspectiva del narrador si así lo quisiera...

Pero estábamos hablando de esta chica, que parecía simple en todos los sentidos posibles, y, de momento, Fukawa no sabía que tan bueno o malo podría resultar esa clase de personalidad, podría decir que el tiempo lo diría, sin embargo ¿Por cuánto más podría charlar con ella y llegar a conocerla? Ya le había pagado lo que le debía, no había ningún otro lazo que la uniese a ella, toda esta amabilidad podría haber simplemente nacido de su deseo de reparar el daño que había hecho el día anterior, no lo sabía, pero era imposible que una persona fuese así de espontanea...

... O quizás a ella sólo le faltaba socializar más, no estaba segura.

Los humanos eran demasiado complicados.

- Casi suenas como si quisieras ser... Agh, no diré nada, creo que si menciono el nombre de un mangaka famoso me equivocaré.

- ¿No conoces ninguno? Vaya... ¡Pues podría prestarte mi manga favorito! Digo, así podrías distraerte en alguna ocasión en la que no tengas... Tantos pendientes como ahora, seguramente te ayudaría a relajarte, eso hago yo cuando me siento muy estresada - ¿Estaba implicando lo que ella creía que estaba implicando? Porque si quería prestarle algo entonces...

- ... ¿Tú plan es verme de nuevo o algo así? Yo no te recomendaría eso.

- ¿Por qué no? ¿No tienes tiempo? Digo, me gusta pasearme por aquí, sobre todo cuando tengo tiempo libre, y pues... - Komaru pareció pensarlo por un buen par de segundos, aunque no estaba del todo segura de que decir, o al menos eso era lo que su mirada aparentaba – En realidad no tengo sino esas razones, pero creo que son suficientes jeje.