Muy bien ¿Cómo rayos se llegaba a ese lugar? Syo caminaba por las calles con rapidez... Aunque su andar se asemejaba más a alguien corriendo, esquivando a cualquiera que intentase interponerse en su camino. La verdad era que si estaba bastante lejos, pero no sería imposible llegar si así lo quería, o al menos de esa manera se daba ánimos ¿Por qué la cuatro ojos estaba tan preocupada por esta niña en todo caso? Bueno, en momentos como este eso no resultaba de real importancia, ahora solo debía dedicarse a cumplir con su misión.
Si tomaba la ruta a través del metro probablemente llegaría en... ¿10 Minutos máximo? Pero diablos, seguro con todo el jaleo que estaban armando no estaría habilitado para llegar hasta allá, mala idea, descartada.
Ahora con otras...
Si seguía a este ritmo... ¡Rayos, como diablos podría llegar a ese lugar a tiempo! La frustración empezaba a apoderarse de ella y eso no le gustaba para nada. Una asesina frustrada no resultaba precisamente lo mejor que pudiese haber en términos reales. Syo llevó sus manos hasta sostener sus caderas cuando vio algo... Que quizás podía servir. Ah vamos, meterse en un lío u otro no le iba a quitar nada a estas alturas y menos sin tener idea de que acabaría haciendo cuando tuviese que salvarle el trasero a Komaru. Había un tipo en una moto, era mucho más fácil atravesar multitudes con una de esas cosas que con un estorboso auto, así que sin pensarlo mucho más se montó en la parte posterior del vehículo, después de todo necesitaba un conductor. Touko ¿Por qué no podías hacerte con habilidades útiles como esta? Si hasta una chica menor que ellas podía... En fin. Sin mucho disimulo llevó un par de sus tijeras hasta el mentón ajeno, al menos el tipo no estaba tan mal, más su objetivo ahora mismo no era ese.
- Mira idiota, si en verdad valoras tú vida vas a comportarte como un buen chico y hacerme caso ¿Ha quedado claro? Perfecto. Ahora mismo tu único pensamiento es llevar a esta hermosa dama hasta Akiba si lo que quieres es conservar tú carótida y las pelotas unidas a tu escroto ¿Entendiste, cariñito? Yo sé que si – Sin tener que pedirlo nuevamente, escuchó como el motor se encendió con cierto estrepito ¡Pero que buen chico! Aún quedaban caballeros en el mundo, difícil de creer pero cierto.
Bueno, esto le daba unos minutos para pensar en algún plan en lo que llegaba a su destino, porque esto de ir sobre la marcha como que no daba demasiados frutos... Aunque tampoco sabía precisamente a que enfrentarse, y mucho menos como diablos iba a encontrarse con la menor a sabiendas de que su móvil en estos momentos probablemente se encontraba pisoteado por alrededor de diez mil personas corriendo sin control. Maravilloso, simplemente ideal.
Alguien dele un poco de paciencia, por favor...
De regreso en el concierto, la castaña había encontrado... Lo que gustó de denominar como refugio, a falta de otro nombre. Una pequeña grieta entre dos paredes le servía como espera en lo que el tumulto dejaba de pasar como manada de venados, aunque se sentía terriblemente incomoda debido a la presión ejercida sobre la delantera de su cuerpo... Definitivamente necesitaba rebajar, o ver cómo demonios bajar aunque sea una copa de brasier, muy bonitos se veían, pero no eran para nada prácticos.
El problema principal radicaba en que la densidad de personas no parecía disminuir y ella no sabía a donde podría ir, además ¿Dónde estaban Cheko y Makoto? ¿Les había ocurrido algo? Los nervios la estaban consumiendo, tampoco era como si pudiese hacer mucho por ellos en una situación como esta... Le gustaría ser una de esas chicas grandes sin miedo a nada, pero a duras penas le iba bien en clases de deportes, aunque considerando el hecho de que la condición física de su hermano mayor era mucho peor que la de ella las cosas podrían ser mucho más desfavorables para su persona.
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Descenso al paraíso
RomansUniverso Alternativo: Y si nos hubiésemos conocido en mejores situaciones ¿Aún así habrías querido a este desastre?