Deseo

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Touko Fukawa sentía que, poco a poco, su vida se tornaba una película de misterio.

En efecto no había ocurrido ningún incidente como el de aquella vez de nuevo, sin embargo había algo en el ambiente que no le gustaba, y mucho menos a Komaru, quién incluso entre sus propias distracciones sabía que esto no andaba bien. Cada vez que salían juntas, por muy nimia que fuese la situación, parecía como si un par de ojos ajenos estuviesen sobre ellas y realmente no podía darle una explicación lógica. Touko en un principio lo atribuyo a paranoias propias de su persona, pero si la castaña también era consciente de la situación, entonces resultaba imposible que tan solo se tratase de eso.

Era allí donde venía el momento para pensar ¿Por qué querría alguien perseguir a Komaru? Ella era una chica normal después de todo: cocinaba delicioso y básicamente resultaba un ángel con pies sí, pero fuera de ello no había algo que la hiciese el blanco especial de algún acosad--- Bueno sí, sí que lo tenía, físicamente era preciosa y si alguien podía asegurarlo era ella misma ¿Pero qué quería este ser, entonces? No entendía y la situación empezaba a hacerla sentir un tanto enferma, al punto en el que su color de piel se tornó incluso peor de lo usual, parecía, básicamente, una lechuga.

- Touko-chan sé que estas preocupada – Encontrándose en el sofá del departamento de la mayor, ambas recostadas, Komaru tomó las manos de su novia con la mirada más triste que le hubiese visto jamás – Pero si sigues así te vas a enfermar, por favor... No te presiones ¿Si?

- ¡Pero como no me voy a presionar! Esto va más allá de lo que puedo controlar ¿Sabes? Todos los días es lo mismo, me siento muy inútil y...

- Touko, eres solo una chica, no una detective y mucho menos una súper heroína... Y no digo esto para que te sientas mal o algo así, en mi corazón siempre serás la figura más heroica que he conocido – Las mejillas de la escritora entonces se tintaron de carmín, mientras que la sonrisa en el rostro de su compañera se tornaba un tanto más pacifica sin soltar la fuerza en sus manos – Sin embargo me sentiría muy mal si acabases enferma por mi culpa, si está ocurriendo algo, eventualmente lo sabremos, por ahora concentrémonos en mantenernos tranquilas ¿Si?

- El concepto de "Mantenerme tranquila" es uno que apenas estoy aprendiendo a manejar ¿Sabes? – Suspirando, Touko sintió que respiró por primera vez en lo que llevaba de mes – Supongo que... Puedo intentarlo.

- ¡Yaay! Eso me alegra mucho – Y antes de poder darse cuenta, ya tenía a la chica encima de ella dándole un abrazo, con todo el peso de su cuerpo sobre el suyo, muy a sabiendas de que Komaru probablemente no sabía la clase de efecto que eso tenía en ella.

- Y lo entiendo ¡Lo entiendo! P-Pero bájate por favor... - No era que realmente le molestase, en lo absoluto, era que... Le gustaba demasiado, más de lo que quería admitir, y no estaba segura de sí la menor estaba dispuesta a continuar con esto de la manera en la que su mente lo estaba maquinando, además no es como si llevasen saliendo tanto tiempo... No quería forzar las cosas, si ya con besarla se sentía en el absoluto paraíso, además de que aún no se hacía a la idea de cómo podrían... Bueno.

Y Komaru era menor que ella ¡Debía demostrar algo de responsabilidad!

- ¡Lo siento! Me dejé llevar – Tras unos segundos volvió al puesto a su lado en el sofá, pero no por eso se separó demasiado, aún se dio el lujo de quedarse muy unida al costado de la mayor – Bien ¿Te gustaría preparar la cena conmigo?

- Si claro... ¿Pero no crees que haré un desastre en la cocina?

- ¡No seas tonta! Para eso seré tu tutora, así como lo eres conmigo, además – Sin pensarlo mucho, las mejillas de la menor se tiñeron de carmín – Me hace ilusión probar algo hecho por ti.

Descenso al paraísoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora