Calidez

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Luego de salir del baño después de haberse lavado la cara y procurando no vomitar lo que estaba segura era su almuerzo (más por no ensuciar y de paso que pensaran cosas que no eran de ella) Touko se acomodó las gafas viendo como Komaru ya estaba esperándola en la mesa, haciéndole un gesto para que la acompañase... ¿Cuánto tiempo había pasado en el baño que ya estaba todo servido? Qué vergüenza... Ni siquiera había podido ayudarla a acomodar nada.

Bueno, ya tendría su turno para ayudar a limpiar los trastes.

... Sonaba como si quisiera quedar bien con la familia de Komaru, que rayos.

Quizás tenía que ver con el hecho de que su mamá resultaba encantadora, no podía estar segura.

Frente a ella había... Demasiados platos ¿De verdad esperaban que comiera todo eso? Haría el intento claro está, pero no prometería nada, además la cantidad de dulces que estaba segura preparó Komaru resultaba ridícula... Pero esa tarta de fresa se veía realmente deliciosa ¿Y había hecho caritas con la crema? Es que no podía ser así de adorable... Los cupcakes eran todos de colores diferentes (y según supo días atrás hechos de zanahoria ¿Cómo algo hecho de zanahoria podía ser tan rico? La castaña tenía manos mágicas, eso sin duda), Identificó algo como una... Cosa hecha de chocolate, se veía deliciosa, solo conocía el nombre, también dulces varios en una pequeña bandeja, si realmente eran hechos por ella y no comprados nadie le quitaría su cara de asombro.

Y eso que aún ni siquiera veía la cena como tal.

- No te preocupes, sé que no podremos comernos todo esto ¡Pero son para pasar la noche! Te dará hambre cuando volvamos a la habitación después de todo - ¿Pues Komaru qué se pensaba que era su estómago? Un agujero negro, lo peor es que su sobre hiperactiva mente en esta ocasión le hizo imaginar un escenario con la chica alimentándola sobre el colchón y lo único que quiso en ese momento fue volver al baño a darse unos buenos golpes en la cara.

- No creo que luego de cenar tenga espacio para más...

- Lo tendrás, seguramente lo tendrás ¡Mira, ahí viene la cena de verdad! – La señora Naegi venía con una bandeja de comida diversa: Gyoza, takoyaki y yakitori... La verdad le sorprendía, la mujer parecía esa clase de madre que daría a su hija comida más "sana" que esta, pero todo lucía como una excepción en su presencia.

- Honestamente habría preferido hacer algo más ¿Serio? Pero luego pensé que probablemente preferirían una cena divertida, de cualquier modo los hice lo más saludable que pude ¡No les vayan a sacar las verduras, están muy ricas! – Sabía que Komaru no lo haría... Del todo, pero no estaba de más advertirles, Touko sonrió un poco, con que así se sentía la preocupación y el cariño de una mamá... Era lindo, de algún modo.

- ¡Como si fuéramos a hacerlo! - Komaru resopló inflando un poco las mejillas... Aún mantenía un lado infantil después de todo, observó cómo ambas mujeres daban gracias así que las imitó, luego tomó una de las pequeñas empanadas... Y por el amor a todo, que delicia, ya sabía de dónde sacó la menor esa habilidad en la cocina.

- ... Están deliciosas – Inmediatamente empezó a remojarlas en la salsa sin detenerse mucho tiempo en ser prolija, ambas castañas no pudieron sino sonreír.

- Me alegra que le gusten, señorita Fukawa. De hecho son las favoritas de mi esposo, seguro no tarda en llegar.

- Puedo ver por qué – Honestamente no sabía si comer nada más, ese era el mejor gyoza de la vida, probablemente la próxima vez que comprase en la calle lo sentiría como un insulto luego de esto.

Descenso al paraísoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora