fin

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Nathaniel

El desagradable olor a farmacéuticos y enfermedades me rodeaba, odiaba este olor, pero, al menos eso significaba que estaba vivo, o ¿así huele el cielo?, intente abrir mis ojos de golpe, pero mi visión estaba nublada, los entre cerré y logre ver un ángel a mi lado, no me importa que el cielo huela a hospital si hay ángeles como este en el.

Marinette se encontraba recostada a mi lado, parecía estar durmiendo, entonces entró una figura reconocible por la puerta, su príncipe cuidaba de ella.

–!Nathaniel! — Grito tan solo entrar a la habitación — ¡despertaste!

–shh — dije en un intento por que se callara, lo cual hizo estremecer leve pero nefasta mente mi organismo, y señale con la mirada a Marinette

–oh, si lo siento — dijo susurrando — no te sobre esfuerces, y... Tenemos que hablar— era una frase preocupante, tal vez terminaría con migo.

–claro — susurré.

–lo siento mucho — dijo con su mirada baja y una expresión enorme de arrepentimiento — yo no quería que esto sucediera, estaba celoso de ti, porque, bueno porque supongo que eres un buen rival y...

–no te preocupes — lo interrumpí — solo cuida bien de ella.

–lo haré — dijo mirándola con una excreción de ternura empalagosa.

–mas te vale, o la haré mía.

Puso su expresión de asombro, pero luego me dio una pequeña sonrisa, el, no era una mala persona, el, cuidaría de ella apropiadamente, ya no tenia de que preocuparme.

Pasaron los días muy tediosa mente, a mi lado siempre estaban acompañando me Marinette y Adrien, al parecer el sangrado interno que tenia casi me mata y quede con una fuerte anemia, que de vez en cuando y sin necesidad de esforzarme mucho me hacia desmayar, pero gracias al cuidado de mis amigos, a la gelatina roja que me traía Marinette todos los días y al Morteruelo, el paté y demás platillos con hígado que me traía Adrien, me recupere rápido.

Aparte mis otros compañeros me ayudaron con trabajos de la escuela y a veces llegaban notitas de ellos con palabras de aliento, incluso hubo una que me llamo la atención esa decía algo así como "recuperate pronto estúpido tomate", lo cual me dio un poco de gracia, al final el accidente quedo solo como un choque de auto para los demás.

Marinette y Adrien quedaron sorprendidos cuando les dije que sabia sus identidades, bueno no tan sorprendidos, al fin de cuentas ambos expresaron que confiaban en mi y decidieron dejar esto como un gran secreto.

Volví a la escuela un caluroso día de verano, todos me recibieron con una sonrisa cálida.

Bueno todos salvo una rubia que tenía una expresión usual de superioridad, se acerco a mi y con un pequeño empujón susurro casi inaudible mente un, «que bien que te recuperaste», voltee bruscamente hacia ella, y aunque no se veía bien, pude ver su rostro sonrojado, y por primera vez pensé en lo adorable que podía llegar a ser esta chica.

Marinette

El doctor nos llamo para hablar con nosotros, su expresión era un poco preocupante.

–verán, esta en pésimas condiciones — dijo desalentadora mente, tal vez demasiado — al principio pensamos que solo era un sangrado interno, lo cual de por si en muy grave, pero además de eso, uno de sus pulmones esta total mente destrozado, no se como, pero al parecer no fue solo un golpe en el estómago, y afectó muchas partes de su caja torácica, por suerte su corazón funciona con normalidad, pero necesita un trasplante de pulmón urgente, el problema es que la operación es muy costosa y su seguro no lo cubre.

Confusiones (Marichat)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora