Capítulo 2
Insomnio
Abrí mis ojos lentamente hasta que el sueño fue desapareciendo. No hizo falta recorrer la cortina del ventanal de mi madre para saber que ya era de noche, y sintiéndome un poco recuperado, me senté sobre la cama, asegurándome de no haber dejado rastro alguno sobre las sábanas.
Ya tendida completamente la cama, y alisando un poco las cobijas, salí de la habitación para encaminarme a la mía. Había un completo silencio en casa, como si todos hubieran salido en ese momento, y no lo dudaba. A veces si se veía la oportunidad de gastar menos, papá se daba un pequeño lujo con nosotros, y que yo faltara, era una buena oportunidad. Pero aprovecharía el momento para hacer lo que no pude en el tiempo que estuve dormido.
Entré a la habitación, y me dirigí hacia el armario, moviendo los zapatos, ropa sucia y el futón hasta alcanzar una pequeña caja negra de unos viejos zapatos que conservé para guardar algunas cosas. Entre moviendo las cosas y empujando otras con mi cuerpo, algo cayó sobre mi cabeza. Solté un quejido, saliendo del armario y cubriendo mi cabeza por el dolor, presionando justo donde más ardía.
—¿Qué sucede? —Me sobresalté cuando escuché la voz de Todomatsu detrás de mi y me giré aún con mis manos en mi cabeza. —¿Qué estás haciendo, Ichimatsu-niisan? —Se acercó a mi y comenzó a recoger lo que cayó en mi cabeza. Era una de las cajas de Choromatsu llena de muñecas de Nyaa-chan y unos cuantos discos. —Choromatsu-niisan siempre dejando sus porquerías donde más estorban.
—Ah... eh... —Ladee mi cabeza confundido. Todomatsu terminó de recoger las cosas y las puso de nuevo en la caja, se puso de pie, andando hasta el pequeño cesto de basura y botó la caja ahí. —¿Qué... uh, ¿qué haces? Ah... ¿Por qué?
—¿Qué? —Me miró con el ceño fruncido. —Sólo lo he rejuntado. No es la gran cosa. —Dijo y miró su teléfono antes de salir de la habitación. —Te cuidado, niisan. —Dijo y cerró la puerta. Lo miré un poco atónito; me giré de nuevo hacia el armario y moviendo de nuevo el futón hacia un lado, busqué la pequeña caja a tientas en la oscuridad hasta que sentí la tapa y estiré más el brazo para alcanzarla.
Arrastrándola por el suelo la llevé hasta afuera del armario y la abrí para encontrarme con los zapatos violetas que, aunque fueran viejos, tenían un aspecto relativamente nuevo. Sólo los usaba cuando era muy necesario o cuando hacía demasiado frío afuera para usar las sandalias. Adentré la mano al zapato, sacando la pequeña caja del medicamento para el dolor y de paso sacar un poco más de dinero, reservado para la comida de los gatos del callejón.
Extendí los billetes que estaba enrollado en una liga, y comencé a contarlo en caso de que Osomatsu-niisan de nuevo hubiera encontrado mi escondite. Había dos mil yenes menos. Entorné los ojos y guardé lo que quedaba en mi bolsillo trasero y el medicamento en el otro. Tomé los zapatos y cerré la caja para empujarla de nuevo en el armario y busqué unas calcetas para antes de salir.
Bajé los escalones sintiendo mis pies atrapados entre la tela e incómodos por un pequeño hilo que se enrollaba en mi dedo meñique. Chasquee mi lengua y cuando llegué al primer piso me asomé por la sala de estar. Todomatsu tenía la televisión encendida, pero sólo tenía ojos para su teléfono.
Sin hacer mucho ruido, me senté en el recibidor y me puse los zapatos antes de salir. Tomé mis sandalias del suelo y las puse en la esquina para que evitaran pisarlas y me puse de pie acompañado de un largo bostezo.
ESTÁS LEYENDO
Save me || Osomatsu-san
FanfictionIchimatsu poco a poco ha comenzado a enfermar. Sintiendo como su cuerpo entero se desmorona, lo oculta todo detrás de una simple apariencia cansada; alejándose no sólo de si mismo, si no de su familia, aferrándose a soportarlo todo completamente sol...