10. Sálvame 「1」

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「NOTA: Éste capítulo estará dividido en varias partes.

Capítulo 10

"Sálvame"

—Mamá, ¿puedes explicarme a dónde vamos? —Preguntó Todomatsu mirando la pantalla de su teléfono. Matsuyo había levantado al menor a las cuatro de la mañana con cuidado de no despertar a los mayores; sabía que si levantaba a Osomatsu o a Karamatsu, estos harían demasiado drama y solo correrían en lugar de pensar con claridad la situación. Choromatsu probablemente tendría un ataque de pánico y tardaría en reaccionar. Jyushimatsu no era alguien viable. Quizá Matsuzo hubiera sido la mejor opción, pero Todomatsu tenía un teléfono para encontrar a Ichimatsu más rápido.

Desde que el cuarto de ellos dejó de contestar por la bocina, supo que tenía que salir en su búsqueda tan rápido como fuera posible. Las luces de los faroles iluminando el coche al pasar, y los anuncios parpadeantes de tiendas cerradas; a demás del frío que calaba los huesos, junto con la voz neutral de la aplicación que le guiaba a su destino, y Todomatsu adormilado le volvían loca.

La desesperación de querer manejar mucho más rápido de lo debido, y de no saber si la próxima dirección sería correcta esta vez podrían volverla una. La idea de encontrar a su hijo sin respiración o pulso, sin tener al menos una oportunidad de ayudarlo, no la dejaba pensar con total claridad y apretaba tan fuerte el volante corroído por el desuso y quemado por el sol, que podría decir que sus dedos se estaban lastimando.

"Al girar a la derecha, llegará a su destino". Lo hizo e inmediatamente estacionó el coche y salió de él; le indicó a Todomatsu que esperara dentro, y este le miró como si estuviera lunática. Se aferró bien a su abrigo, y buscó desde al lado de la puerta una cabina de teléfono azul. Había una frente a un restaurante. Cerró la puerta y corrió en esa dirección; Todomatsu, por su parte, salió del coche también, y le siguió pasos atrás para asegurarse de cuidar a su madre.

Matsuyo estaba cerca de llegar a la cabina que despedía un ligero olor rancio desde la puerta entreabierta; además de expulsar el sonido de un teléfono que ha sido descolgado; notó gotas de sangre en el suelo y supuso que estaba en el lugar correcto. Caminó hasta ella, por fin encontrando lo que por tantos días buscó.

Ichimatsu, recostado en el suelo, con su sudadera manchada en vómito y sangre; sangre que no dejaba de fluir de gota en gota de su nariz. Sus ojos, decorados con oscuras ojeras le hacían ver pálido y su pose recostada, con sus brazos descansando como si estuviera dormido en una mala posición, le hacían ver como un cadáver dejado ahí sin cuidado. Tomó respiración, y le gritó a Todomatsu que se acercara para ayudarla a llevarlo al auto. Entró, quitándose el abrigo, muriendo de frío por el golpe del aire tan helado y se agachó para tomar de la espalda al cuarto hijo que parecía estar inconsciente.

—Ichimatsu... —Escuchó el suspiro del menor detrás de ella, como si Todomatsu no quisiera creer lo que estaba viendo, y Matsuyo solo le miró desesperada. Todomatsu, impactado por la escena de su hermano, tropezó con sus propios pies y miró hacia la cabina sin poder soltar una lágrima. Ver a Ichimatsu así, no lo dejaba pensar con claridad, y le cortaba la respiración.

—¡Todomatsu, reacciona! —Le gritó Matsuyo. —¡Está respirando, ayúdame a sacarlo de aquí! —Tardó en reaccionar, pero cuando su madre resbaló con un pequeño charco de sangre de Ichimatsu al tratar de tomarlo de sus brazos, se levantó y corrió en su auxilio. La hizo a un lado y puso sus manos por debajo de su espalda y sus piernas.

Hizo un gran esfuerzo, y cuando por fin estuvo de pie, Matsuyo puso su abrigo encima de él. Su madre le dijo que se apresurara, pero no necesitaba oírlo para hacerlo. Ichimatsu olía mal. Entre una mezcla de metal, vómito y calle. Pero cuando se metió en el coche, y acercó su cabeza a su cabello, pudo oler el suave aroma de champú. Significaba que seguramente estuvo tomando baños, y quizás solo era su ropa la que expulsaba el hedor.

Save me || Osomatsu-sanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora