6. No te preocupes

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NOTAS

Antes de empezar, debo de decir que entre esta y la próxima semana terminaré este fanfic. Sólo quedan 4-5 capítulos, so, si desean releer la historia en caso de haber olvidado la trama y eso, pueden hacerlo confiando en que actualizaré pronto. [Si están pendientes a mi cuenta, verán que he estado actualizando un poco seguido, así que créanme, pls. u,w,u]

Lamento mucho mi tardanza.

~

Capítulo VI

"No te preocupes"

Jugué con el Péndulo del escritorio del doctor mientras mamá hablaba con él. Sólo giré mi vista hacia ellos, un poco celoso de que ella hablara con un hombre tan animadamente que no fuéramos nosotros o papá, pensando que quizás se conocían desde hace tiempo. Increíblemente, el doctor sabía mi nombre, y podía identificarme muy bien. Ni siquiera me examinó cuando simplemente sacó una jeringa y dijo que tendría que hacerme exámenes de sangre.

Tuvieron que sostenerme entre cinco. Pero al final tuve que rendirme y dejé que me hicieran todo lo necesario. Me sentía deprimido; no sólo por el hecho de haber hecho el ridículo recientemente con mis hermanos en la habitación, o haber llorado tanto con mi madre frente a mí. Había culpado de todo a un estúpido gato que simplemente estaba encariñado conmigo, estaba enfermo, aunque no quisiera aceptarlo del todo, y aparte de eso, realmente me sentía decaído.

Mis ojos se sentían pesados, y mi cuerpo demasiado flojo. Mis brazos dolían, y sentía como tendría fiebre en unas horas. No entendía cómo lo sabía, pero lo sabía. No tenía hambre a pesar de haber pasado días, que para mí fueron horas, sin comer. Detuve las bolas del péndulo, y cerré mis ojos recargando mi cabeza en el escritorio.

Mamá deslizó su mano entre mi cabello, y yo sólo me dejé. Ella me había obligado a bañarme antes de ir al hospital, y podía oler el perfume de vainilla que ella usaba como shampoo; aunque estaba acostumbrado a usar uno con olor a lavanda. Escuché mi nombre y levanté la vista en dirección al doctor mirándome con cuidado. Como si su vista pudiera partirme a la mitad. Me senté correctamente y suspiré comenzando a sentirme cansado.

—¿Escuchaste algo de lo que te dije? —Me sonrió, pero me limité a negar con la cabeza. Él tomó una hoja de papel y la puso frente a mí en el escritorio. Era una receta médica con demasiados medicamentos escritos; sé inclinó y apuntó hacia su propia letra. —Esto es temporal, pero podrán ayudar a sentirte mejor mientras los análisis llegan a tu correo. Tengo una ligera sospecha de tu diagnóstico, pero me gustaría confirmarla, o descartarla si tenemos suerte. —Tomé la hoja con cuidado y comencé a leer uno por uno. No valía la pena memorizarlo, de todas formas, no podría hacerlo. El médico volvió a sentarse y escribió algunas cosas en su computador, mientras que mamá tomaba la hoja para leerla ella también. Mi estomago dolía, y comenzaba a tener ganas de vomitar.

Me pregunté si los chicos estarían en casa, aunque mamá se molestó en llamarles y decirles que yo había regresado sin problemas, ya que tuve que rogarle que no les mencionara nada. Mamá mantenía mi secreto, y sería así a menos de que volviera a pasarme lo mismo frente a ellos, o si algo peor pasaba. Aunque ninguno de nosotros mencionó esas condiciones, era algo demasiado obvio.

El doctor y mamá se levantaron y ambos hicieron una leve inclinación para agradecer. También me levanté, e incliné mi cabeza. Ellos se despidieron como si fuera una salida entre amigos y yo guardé silencio hasta que mamá se dio la vuelta y salió del consultorio.

Save me || Osomatsu-sanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora