Harry baja sus manos por toda tu espalda hasta que las coloca en tu trasero y te pega con fuerza contra la pared.
Vuestras bocas parecen ahora devorarse en lugar de besarse; están cargadas de rabia contenida, de frustración, y de un millar de sentimientos indescifrables que simplemente estáis dejando fluir.
El chico ahora apoya sus manos en la pared, creando una barrera con sus brazos a ambos lados de cabeza de manera que no puedas escabullirte.
Tampoco pensabas hacerlo.
Abandona tus labios y te besa todo el cuello como con prisa, con pasión, de una forma que nunca antes habías vivido.
Después se dirige hacia tu oído, y captura el lóbulo de tu oreja entre sus labios. Se te escapa un muy leve gemido, y notas que él sonríe.
-¿Qué me dices, princesa? ¿Te gusta?
Tú sacudes la cabeza y lo empujas por el pecho para apartarlo de ti. Es obvio que te gusta, pero estás molesta por lo de Debora.
Harry retrocede un poco, y te mira casi sorprendido. Se cruza de brazos y tú no te mueves del sitio, sigues pegada a la pared.
-¿No me irás a decir que realmente prefieres salir ahí fuera con ese tío? –alza una ceja.
-¿Por qué no?-dices en un susurro.
-Estarías mintiendo.
-Eres un gilipollas.-dices con la voz temblorosa.
-Y tú una inmadura.
-Dios, Styles, te odio.
-Pues tú a mí me gustas bastante.
Tardas un segundo en procesar lo que acaba de decirte, aunque tampoco te da tiempo a más, porque vuelve a acercarse a ti, y tú le besas.
No sabes si con furia o con deseo. Probablemente con ambas. En un impulso, sin separar vuestros labios, le desabrochas los botones de la camisa.
Él vuelve a llevar las manos a tu trasero y te estrecha contra sí tanto como es capaz. Su lengua se desliza en tu boca, y tú respondes con la tuya de la misma forma.
Dejas correr su camisa por sus hombros una vez que está totalmente abierta y la haces caer al suelo.
Sólo en ese momento Harry parece darse cuenta de lo que estabas haciendo. Deja de moverse y te mira con curiosidad.
Tú te muerdes el labio timidamente y pasas una mano por su brazo desnudo, muy despacio.
El ritmo frenético de antes parece enlentecerse hasta el punto de que todo parece visto a cámara lenta. Harry te besa en la barbilla y luego pasa su lengua por tus labios.
Tus dedos dibujan la línea de su clavícula despacio, pero entonces se escuchan unos pasos y te acuerdas de repente de que estáis en el aseo de un restaurante.
Cualquiera puede entrar allí en ese momento. La puerta comienza a abrirse y Harry y tú os metéis rápidamente en uno de los compartimentos en el que hay un retrete.
Ves que él tiene la camisa en la mano, si bien no eres consciente de en qué momento la ha cogido.
De nuevo os encontráis en la situación de estar en un espacio estrecho el uno pegado al otro, sólo que ahora Harry está sin camiseta.
“¡Dios, ¿pero qué estoy haciendo?!”, te dices a ti misma. Es como si perdieras el control y te olvidaras de pensar y razonar cuando tienes a ese chico a menos de dos metros de distancia. Entonces sale una faceta tuya que no conocías.
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I Hate you.
FanfictionÉl, Harry Styles, el típico chico egocéntrico, mujeriego, y creido. Yo, Diana Payne una chica tímida y solitaria. Eramos todo lo contrario, pero el destino puso a Harry en mi camino, yo lo odiaba, o eso creía.