capítulo 3

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El viento producido por la velocidad te azota con fuerza el rostro, lo que te lleva a apoyar la mejilla en la espalda de Harry.

Jamás te habías subido en una moto, y tienes la sensación constante de que te vas a caer, así que te agarras con más fuerza al torso del chico.

- Princesa, ¿es que me quieres matar o que realmente te morías por abrazarme? –Harry gira la cara y te mira de reojo con una media sonrisa.

-¿Q…qué? –preguntas- Ah, lo siento –aflojas la presión que tus brazos ejercen sobre su cuerpo, sonrojándote.

-Déjate llevar – susurra y aumenta la velocidad.

Intentas no pensar en lo rápido que vais y librarte de la sensación de que te vas a caer, pero no lo consigues, así que lo único que eres capaz de hacer en el rato de trayecto –que te resulta eterno- es agarrarte a Harry pero intentando no aplastarle, lo cual es más difícil de lo que parece.

En algún momento, empezáis a reducir la velocidad hasta que la moto queda completamente quieta.

-Creo que ya puedes soltarme, aunque si quieres seguir abrazada a mí, por mí perfecto –él te mira, y tú te bajas de la moto rápidamente.

-No pienso volver a subirme ahí nunca más –te cruzas de brazos.

-Si ganas la apuesta no tendrás que hacerlo –Harry se encoge de hombros y se baja de su moto.

Miras a tu alrededor. Estáis en la acera uno de los puentes de piedra que cruzan el gran río de la ciudad, y por el que no pasa casi ningún coche.

-¿Qué se supone que hacemos aquí? –alzas una ceja.

-No me digas que eres una de esas chicas a las que les gusta que las lleven al zoo en sus citas, princesa –ríe.

-Bueno, mejor que a un puente… Además, esto no es una cita –bufas.

-Vale, vayamos al zoo, pero está en la otra punta de la ciudad… Tendríamos que volver a subirnos en la moto –pone cara de afectación.

-Bah, déjalo Styles.

Harry se cruza de brazos.

-Mira, si vas a estar de este humor todo el rato, esto no tiene sentido –se pone serio.

-¿Qué humor? –frunces el ceño.

-Quizás no quieras estar aquí conmigo, pero ya que vas a estarlo durante estos cuarenta y cinco minutos, podrías intentar divertirte un poco.

“Lo peor”, piensas, “es que tiene razón”.

-¿No se trataba de que tú consiguieras hacerme reír?

-Sí, pero si estás así…

-Está bien. Estamos en un puente. ¿Qué quieres que hagamos? –sonríes mostrando tus dientes.

-¡Eso es lo que quería escuchar! –Harry le pone un candado a la moto rápidamente y te toma suavemente de la mano-Ven.

Se asoma al borde del puente y se sube encima.

-¿Qué haces? ¡Baja de ahí, te vas a matar! –exclamas con preocupación.

-Así te librarías de mí –dice con tono dramático-. Tranquila, princesa, no voy a tirarme al río. ¿Vienes o qué?

-¿Cómo? ¿De verdad quieres que me suba ahí? –abres mucho los ojos.

-Oh, vamos, que es sólo un segundo… -te mira- Te va a gustar lo que voy a enseñarte… espero.

I Hate you.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora