({A la persona a la que le dedico este capítulo es a una de mis mejores amigas que me ayudó en la mayor parte de la novela, la primera a la que le pasaba los capítulos escritos a mano antes de publicarlos})
Cindy se despertó por un rayo de sol que le dio en la cara, se vistió con unos vaqueros demasiado cortos y una camisola palabra de honor un poquito ancha por abajo; luego, se asomó por el hueco de entre las vigas que daba a la habitación de Iván que, como todas la mañanas estaba vacía y con la cama hecha. Bajó por la escalerilla hasta el salón; se miró en el espejo al ir a salir y se dio cuenta de que no llevaba lentillas; salió corriendo hacia el pajar y miró su calendario de lentillas: 30 cruces "Mierda, tendré que tirarlas en menos de una semana"; miró en su maleta: con la depre de quedarse sin vacaciones perfectas se había olvidado de meter lentillas de repuesto, ni tinte "Mierda, mierda, mierda", esos fueron los pensamientos de Cindy antes de tomar una decisión: lo tenía que decir.
A la hora de la comida, Cindy estaba bastante nerviosa y, en el postre, anunció una... estupidez para los empleados de la granja:
- Os tengo que decir que mis ojos y pelo... no son... naturales... son... ¡falsos!, ya lo he dicho, espero que esto no suponga un problema para su vida laboral ni sentimental, ya que...-Cindy se vio interrumpida por la sonora carcajada que cinco hombres producían, Dolores notó que su sobrina se entristeció, pero sabía que la sorpresa que venía mañana en el coche rojo impresionase a todos... no lo podía evitar, ¡Al día siguiente vendría su hija!, su querida y perfecta hija de ojos azules cielo y pelo negro azabache. A veces se pasaba por la granja, pero se quedaba muy poco, esta vez se quedaba una semana, tras la cual vendría su querida hermanita, madre de Cindy la que vendría a por su hija perfecta... - Entonces... no os importa que lleve lentillas, ¡¡¡pues entonces me las quito!!! - esto sobresaltó a Dolores, metida en sus pensamientos como estaba, había sido un grito de enfado de Cindy, a lo Dolores contestó:
-Oh, querida, claro que nos importas, ¡¿verdad chicos?! - al decir esto último, fulminó a los cinco hombres con una mirada de "os mataré si no decís que sí", con lo que los chicos asintieron - pero tú quítate esas lentillas horribles y déjanos ver tus preciosos ojos.
Cindy subió corriendo las escaleras y bajó luego con unas gafas de sol como diadema y sus ojos marrones descubiertos. Dolores pensó que eran iguales que los de su madre.
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A la mañana siguiente, Cindy se despertó aturdida a las doce. Normalmente, María le despertaba como muy tarde a las diez. "¡Será un día libre!". Feliz, Cindy se puso un vestidito vaquero y unas manoletinas planas (los únicos zapatos planos que se había traído) y bajó al salón con los demás no sin antes haberse asomado a la habitación de Iván y haberle visto haciendo la cama.
A las dos de la tarde, el coche rojo se metió en la granja y Dolores salió corriendo a recibirlo, abrió la puerta del copiloto y le dio un abrazo a la silueta que estaba medio fuera del vehículo. Cindy se quedó alucinada:
- ¿La...La...La...Laura?
- Así es, pri... ¿prima? - Laura, la prima de Cindy, se quedó atónita mirando a su prima teñida y pija. - ¿Qué te has hecho en el pelo? Ah, hola, encantada, soy Laura - , dijo tendiéndole la mano a Iván.
- Y soy Iván - dijo este sonriendo y sonrojándose al estrecharle la mano a Laura
- Ja, ¿a ella no le das un abrazo? - preguntó sarcásticamente Cindy.
Pasaron a la casa, donde Iván le colocó las cosas de aseo a Laura. Salió del baño con un bote de champú de cristal con una rosa amarilla como tapón.
- Querida prima - dijo Laura acercándose a su prima y agitándole el pelo con una sonrisa - , el pelo rubi te queda como un pollito azul: está mono, pero daña la vista - Cindy sonrió muy falsamente - ¿Qué hay de la chica española que jugaba conmigo a atrapar gallinas? - Iván rió.
- Se quedó en los diez - contestó Cindy muy borde.
- Eh, rubia, no te pongas así - dijo Iván cogiendo el bote de cristal de la mesa en el que lo había dejado - fijo que cuando te hallas lavado el pelo unas veces con el champú de tu primo, se te va el rubio de bote y se te pone de cristal - Iván y Laura rieron a gusto - Jajajajajajajajajaja, por lo del bote amarillo de cristal... Jajajajajajajajajajajajajajajajajajajaja... - Cindy les dedicó una sonrisa falsa y sarcástica, y se fue. Empezaba a no gustarle su rubio.
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Una historia de verano
Teen FictionCindy Brooks era la típica pija del insti hasta que conoció a un chico en verano...