Capítulo 11 - Demasiado

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  • Dedicado a Ignacio
                                    

({Dedicado a un amigo que se siente tan raro como Mario})

Mario corrió hacia el olivo en el que tantas cosas habían sucedido y lloró desconsoladamente. Había visto a Iván y a Cindy besándose demasiado como para que fuera un beso de amigos. Demasiado como para que el chino no disfrutara. Demasiado como para que fuera un simple beso de despedida. Demasiado como para que Cindy no disfrutara. Tenía los ojos cerrados... ¡¡Los ojos cerrados!! Había confiado en ella... No se había fijado en sus defectos y, de hecho, la había ayudado a superarlos... Demasiado como para que no se quisieran. Demasiado como para que Cindy no se sintiera culpable. Demasiado como para que él no se sintiera engañado. Necesitaba desahogarse, el problema era que se había acostumbrado a desahogarse con Cindy... Demasiado como para que ella se acordara de él. Demasiado como para que el chino se acordara de él. Cindy había bajado del pajar en sujetador para despedirse del chico al que amaba con un beso... ¡Claro! Cómo iba a ser el tonto de Mario... Demasiado como para que ella se olvidara de que estaba sobre un capó en ropa interior. Demasiado como para que el chino no pensara en quitársela... Él era el raro, siempre lo había sido y siempre lo sería por no fijarse antes en el cuerpo que en la mente, por intentar algo especial y no un lío, por preguntarle a las chicas por su color favorito en vez de por su talla de sujetador... Demasiado como para que él no se reventara la cabeza pensando qué había hecho mal. Demasiado como para que no se volviera loco esperando a una Cindy que, seguramente, nunca llegaría. Demasiado como para que no pasara las dos últimas semanas encerrado. Simplemente, demasiado.

Cindy pensó que lo más seguro sería que Mario no hubiera ido a esas horas por la granja, y habría sido su imaginación por sentirse culpable por haberle engañado. Por si acaso, decidió no ir a cer a Mario aquél y pasárselo entero ayudando a su tía Dolores. Y pensando en aquel beso, que había sido demasiado como para llevar un par de días enamorados. Y, si es que no había tenido una alucinación, habría sido demasiado para Mario. No lo habría podido soportar... No, seguramente Mario no había visto nada.

Mario respiraba entrecortadamente, aún tendido a los pies del olivo, sollozando. Se quería morir. Aquel beso había sido... Demasiado.

({Por favor lector@s, ¡¡necesito votos!! ¿A favor de Mario o a favor de Iván? Simplemente poned un comentario: si estáis a favor de que Cindy se quede con el maravilloso Mario, escribid MARIO y las razones si queréis en un comentario o en un mensaje privado; si, en cambio, queréis que Cindy se quede con el romántico Iván, escribid IVÁN y razones, luego haré un recuento de los votos y pondré a uno en el cap. 13. Gracias por leer, significa mucho. Un beso y seguid leyendo.})

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