Capítulo 21.

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—¡Harold, te prometo que no te dejaré caer esta vez! Mira, he estado haciendo ejercicio. —Dice emocionado la arpía mientras flexiona sus brazos... Y okay, esto no está ayudando a Harry en nada. Él siempre ha estado muy ocupado mirando el hermoso rostro de Louis, o sus alas, como para prestarle atención a sus brazos. Percebes, se ven muy bien. Él definitivamente ha estado haciendo mucho ejercicio porque se ven muy bien definidos, con músculos que Harry no recuerda haber visto antes. 

Louis está frente a él, en cuestión de segundos, tratando de sostenerlo por su cintura.

—Muy bien, ahora sólo déjame que...

—Wow, wow, espera Lou, no creo que...

—¡Ya basta, Harold! ¡Déjame hacerlo! ¿Y-ya no confías en mí? —Dice Louis con un tono tan abatido que hace que el corazón de Harry se salte un latido, pero no en el buen sentido.

—Louis, confío en ti con mi vida. Ya lo sabes. Eres tan complicado a veces, lo juro. Odio que siempre obtengas lo que quieres. —Dice Harry exasperado—. Si me dejas caer, Louis, te juro que voy a desplumar tu trasero emplumado. —Amenaza. 

Louis no sonríe o se burla, como usualmente lo haría.

—No, es-está bien, simplemente voy a... Quiero decir, recordé que tenía algo que hacer. Voy a... Te veo más tarde, Hazz. —Masculla Louis de forma rápida, y con la misma rapidez se ha disparado hacia el cielo. Dejando a un muy confundido Harry a sus espaldas.

¿Q-qué acaba de pasar? Piensa Harry. Genial, simplemente genial, ahora Louis está molesto y Harry está solo. Maravilloso.

Se sienta allí por lo que parece una eternidad, pensando en que habría dicho para que la arpía se ofendiera tanto. Está sentado en una roca chapoteando agua con su cola, cuando una idea cruza por su mente, y sabe que debería desechar la idea, pero de todos modos lo hará, no le importa ni un caparazón de percebe justo ahora.

El príncipe inmediatamente se zambulle en el agua, y una vez que sale a la superficie está determinado y nada hasta la orilla. No había tenido piernas desde hace unos cuantos ciclos de lunas, pero debe dejar de esperar y depender de los demás. Tiene catorce años, y, por Poseidón, debe hacer las cosas sin necesitar ayuda de nadie.

Una vez que llega a la orilla, se arrastra hasta llegar al lugar más cálido y seco de la arena. Respira hondo tres veces y se recuesta. Deja su mente en blanco y enfoca toda su energía en la parte inferior de su cuerpo. Visualizando sus piernas nuevamente. Ahora que realmente sabe qué esperar y cómo imaginar sus piernas, el cambio no es tan doloroso.

Harry se queda acostado allí por un tiempo, hasta que comienza a sentir hormigueos como la otra vez. Esa sensación está por toda su cola, y pronto se escucha aquél terrorífico sonido que siempre hace estremecer al príncipe. El dolor sigue allí, pero se enfoca en el porqué está cambiando de nuevo. Como le había dicho Cordo, el dolor de alguna manera es más manejable ahora, aunque por supuesto que tuvo sus buenos y malos días mientras practicaba. Abre sus ojos para ver su ahora pálida parte inferior reluciente bajo el sol. Todavía hay unas cuantas escamas verdes dispersas aquí y allá a lo largo de sus piernas. Mueve los dedos de sus pies y mira hacia abajo, a su diferente anatomía.

Ríe cuando ve su pene, en aquellos días él no sabía que ése era su pene ya que los tritones lo tienen oculto. En su forma humana, de alguna manera, no tanto. James le había dado algo a Harry llamado ropa, pero el príncipe siempre se sentía incómodo con ella. Liam y Louis le seguían insistiendo en que se cubriera con algo, usualmente Louis le daría su bolso para que cubriera algo al menos. Pero honestamente, a Harry le gusta sentir la brisa, es agradable y refrescante en los lugares adecuados.

La arpía y el tritón ➳ Larry AU ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora