La arpía y el tritón ➳ Larry AU ✔️

Capítulo 31.

Maratón 1/2

—Niall, me siento muy raro. —Louis se ríe mientras trata de ponerse de pie, pero la sala está girando y realmente no tiene idea de qué dirección es la correcta.

—Te dije que no bebieras tanto cuando no estás acostumbrado, Tommo. —Niall lo regaña mientras lleva la flauta a sus labios.

Inhalando de frustración, Louis sólo logra acostarse sobre su panza e hipar mientras Niall sopla su flauta para tocar una melodía que Louis nunca ha oído antes. La melodía es encantadora desde el principio. Louis intenta tararear junto con Niall pero falla miserablemente. En cambio, opta por escuchar la melodía, pero no mucho después Louis comienza a sentirse extraño. No extraño como tal, pero muy emocional. Más que de costumbre. Tampoco ayuda que su cabeza sigue girando un poco, pero ahora no está risueño y feliz. No. Ahora se siente muy deprimido. Louis no lo entiende. Se sentía bien hace un par de minutos. Él culpa a la bebida que Niall le hizo, sabía que era una mala idea beber estas cosas que hacen que su cabeza dé vueltas. Las lágrimas dispersas empiezan a escapar de sus ojos. Louis no se mueve, sólo se queda allí escuchando la canción que Niall susurra en sus oídos.

La música se detiene y los ojos rojos ​​e hinchados de Louis miran a Niall. Sin decir una palabra, Niall se mueve de su cama hasta el suelo, arrastrándose contra su cama. Con suavidad, tira de Louis hacia él, apoyando la cabeza de Louis en su peludo regazo, teniendo cuidado de no tocar su ala. Louis piensa que va a decir algo pero no lo hace. El único ruido viene del fuego cacareando delante de ellos. El fauno pasa sus dedos por el cabello emplumado castaño de Louis, confortándolo y proporcionándole algún tipo de contacto sin abrumarlo. Ahí es cuando Louis comprende por qué de repente se puso tan emotivo. Harry. Harry ha estado ausente por una luna nueva completa y Louis más que nada lo quiere cerca. Louis ha estado tratando de guardarse todos estos sentimientos, con la esperanza de que sean más fáciles de soportar. Sigue recordándose a sí mismo que no debería sentirse tan molesto o necesitado porque Harry no se ha ido. Harry tiene otras prioridades. Louis tiene que meterse en la cabeza que siempre estará en segundo lugar, porque le guste o no, Harry siempre pertenecerá al mar primero. Siempre lo ha hecho y siempre lo hará. En el fondo, sin embargo, su corazón no puede evitar doblegar esos pensamientos. Dejarle saber que está bien sentir anhelo por su amado. Así que, aunque sólo sea por esta noche, cuando sus emociones están hechas polvo y descolocados, él se permite vergonzosamente perder a su príncipe marino.

Louis se remueve en su sueño cuando los ronquidos atroces de Niall atacan sus sensibles oídos. Louis gime e intenta ignorarlo, pero lo considera imposible tan pronto como la luz se filtra a través de la ventana, iluminando la cara de Louis, decidiendo despertarlo para siempre. Su cabeza palpita un poco y su cuerpo duele, probablemente a causa de dormir en el suelo duro y desigual. Mueve la cabeza hacia atrás un poco, limpiando el rastro de baba, está a punto de estirarse pero inmediatamente se congela cuando algo duro roza su cuello, causando que los pelos en la parte posterior de su cuello se ericen. Él permanece quieto durante un segundo tratando de determinar exactamente qué es sin moverse, pero para su horror, cuando Niall gime en su sueño, llega a la realización de lo que exactamente es.

— ¡NIALL! —Louis grita mientras se aleja de Niall y toda su gloria matinal. Debido a la conmoción, Louis aterriza en la mesa de Niall, logrando tumbarla, junto con él encima, rompiéndola en su intento de huir. Louis grazna, sus alas revoloteando salvajemente detrás de él, llevando su mano a sus ojos.

Niall grita mientras se despierta alarmado, pisando su flauta, rompiéndola en el proceso cuando su pezuña se desliza sobre ella, haciéndolo tambalear hasta caer al suelo también.

— ¡Tommo, qué mierda! —Niall grita mientras recupera la conciencia.

— ¡Niall, por el amor de Electra, cúbrete e-esa cosa! —Louis grita mientras cubre sus ojos, las mejillas ardiendo a la vista.