Capítulo 30.

17K 2K 1.9K
                                    

Harry se estaba enojando cada vez más. La había dejado aquí, está seguro de ello. Él ha puesto su dormitorio de cabeza tratando de buscar la pequeña pulsera, y no la puede encontrar en ninguna parte. Se detiene en medio de su habitación, con las branquias a un lado de su cuello, contrayéndose al respirar con dificultad. Sabe que si estuviera fuera del agua las lágrimas saladas saldrían de sus ojos por pura frustración. Está enojado, pero ahora más que nunca, está totalmente decepcionado. Había pasado tanto tiempo buscando las piezas. Algunas de ellas ubicadas en lugares peligrosos. ¿Todo para que desaparezca? ¿Alguien la robó? Lanza un objeto al azar contra las paredes de coral. Conoce al único tritón capaz de quitarle algo así; Su padre.

Tan pronto como Harry llega a la sala del trono, no duda en gritarle a su padre.

—¡¿Dónde está?!

Sus dos padres lo miran, sobresaltados por la fuerte y abrupta entrada.

—¿Harry? —Su madre pregunta mientras se levanta de su silla, mirando con preocupación el comportamiento errático de Harry.

Harry la ignora mientras nada delante de su padre. Ya no quiere andar con juegos, él exige respuestas.

—Sé que fuiste tú, dámela. —Harry escupe en un tono molesto y acusatorio.

—Te aseguro que no tengo ni idea de lo que crees que te quité, pero no me hablarás de esa manera, yo soy tu rey y, lo que es más importante, soy tu p...

—Si piensas por un minuto que tomando esa pulsera roja cambiarás cualquier cosa, estás equivocado.

Él escucha un fuerte jadeo de su madre mientras mira fijamente a su padre sin retroceder.

Su padre alza una ceja—. ¿Pulsera roja? ¿Has encontrado a una hermosa doncella marina para casarte, entonces?

Los ojos de Harry comienzan a titilar, tratando de no perder el control de sus emociones y decir algo a su padre que lamentará, empeorando las cosas para él y Louis.

—Te odio. —Harry hierve mientras mira fijamente los ojos fríos e intimidantes de su padre.

A pesar de todo el entrenamiento en Atlántida, todos los trucos que aprendió para manejar sus emociones, nada de eso importa cuando está frente a su padre. Sin querer darle la satisfacción de verlo enloquecer, se apresura a salir de la habitación, lanzando una rápida mirada triste a su congelada y confusa madre.

—Des, ¿qué te ha ocurrido? ¿Q-qué fue todo eso? Yo... —Anne tartamudea mientras trata de darle sentido a la confrontación.

—Has oído al chico, estaba listo para darle esto al ladrón. —Dice Des mientras estira su mano, haciendo que la atención de Anne se centre en la brillante pulsera roja en su palma.

Ella jadea mientras cubre su boca—. Eso es lo que estaba buscando, tú... —Dice Anne mientras mira a su esposo—. Tú la tomaste. Des...

—Basta. No necesito oírlo. Él tiene que dejar que esa ridícula fantasía suya muera. Cuanto antes lo detengamos, mejor.

—Des, cuanto más tratas de mantenerlo alejado de Louis, más lo estás apartando de nosotros y de nuestro pueblo. Debes saber eso.

—Louis. —Des escupe sintiendo como un sabor de ave en su boca—. No es de confiar. Él no es más que un problema que ha logrado enroscarse en nuestro hijo. No voy a cruzarme de brazos y dejar que él manipule a nuestro hijo por más tiempo. Él no es bueno para nuestro hijo, y yo no dejaré que se lleve a Harry lejos de nosotros. Mucho menos si es un descendiente de Taumante.

Los ojos de Anne se ensanchan con sorpresa—. ¿Qué estás diciendo?

—Me escuchaste. —Des responde bruscamente.

La arpía y el tritón ➳ Larry AU ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora