Quinta cita

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"Un muérdago para navidad."


Veía a través de las ventanas como resto de los alumnos abandonaban entre risas el campus de la universidad, listos para celebrar con sus familias lo que serían unas maravillosas y largas vacaciones de navidad. "Jodidos bastardos con suerte", Wook pensó viendo por sobre su hombro al par de imbéciles que guardaban apresuradamente un montón de desordenadas prendas en sus maletas. Él no quería quedarse solito allí, pero tampoco podría irse con los mellizos, dado que le resultaría increíblemente incómodo, considerando que no conocía a la familia de éstos, y que Sungmin aun le daba fulminantes miradas de vez en cuando. Y también, básicamente, que los Lee vivían casi tan lejos como su propia familia. Y Ryeo no deseaba embarcarse en un viaje de largas tres o cuatro horas, muchas gracias.

Bien, bien. Cenar en navidad con el resto de los rezagados debía ser entonces un buen panorama, ¿Verdad? Algunos de ellos hasta le caían un poquito bien. Dibujó en la ventana empañada con desinterés, tarareando la estúpida melodía navideña que los había acompañado a él y Yesung en la alocada persecución en el centro comercial hace un par de días, riendo soñadoramente al rememorar el suave toque de sus manos juntas. Y él tenía también una enorme jirafa de peluche para nunca olvidarlo.

-¿Seguro que no quieres venir con nosotros? –Eunhyuk le disparó una dudosa mirada, codeando de paso a su hermano mayor cuando éste soltó una maldición, sobando la muñeca recientemente herida y vendada, quién sabe cómo. Sungmin no se los había dicho. –Habrá mucho espacio en la camioneta para los tres

-Será divertido. Ya sabes, reuniones de sociedad y toda esa basura que le gusta a papá

-Min. –El otro suspiró, haciendo ademán de tomar la pesada maleta, cosa que su mellizo impidió de inmediato –No seas así

-Pues no he dicho ninguna mentira. Y dame mi puta maleta

-No puedes hacer fuerzas con esa mano, tarado

-¿Ahora además me insultas? –Sus ojos almendrados se posaron sobre Wook, examinándolo de pies a cabeza con cierta aprensión –De todas formas, ¿No quieres intentarlo de todos modos? Ya sabes, ¿Conocer a nuestra familia? Papá es algo duro, pero nuestro hermanito Sungjin es un verdadero amor

-Gracias, pero yo paso.

-Como quieras.

-¡Min!

-¿Qué? Lo intenté Hyuk, eso es algo. Debemos irnos, nos esperan abajo –Hyukjae bufó más que cansadamente, envolviendo él mismo una rosada bufanda en el cuello de su hermano antes de empujarlo hacia la puerta –Ahora me cuidas como a un bebé... ¡Que te diviertas ésta navidad Wook! ¡Te llamaré! –Tropezó cuando la puerta fue cerrada, volteando a ver a su dudoso hermano menor -¿Qué?

-¿Realmente lo dejaremos aquí?

-¡Por supuesto que no! Acompáñame a la habitación del criminal

-Sería más fácil si no te hubieras lastimado la muñeca y yo debiera actuar como un hermano ejemplar...

-¡Lo que digas!

De acuerdo, ahora estaba solo. Solo con su querida "Ryeosung", lo cual no era malo del todo. Su jirafa era una agradable compañía que no lo insultaba y molestaba constantemente... ¿A quién quería engañar? Él debió haber ido con los mellizos, o viajar a su propia casa, dada la ocasión. Pero, ¡Claro! Sus padres de todos modos tampoco estaban allí, un viaje en crucero parecía un panorama mucho mejor que celebrar navidad y año nuevo con su único hijo. Traicionado por aquellos que le dieron la vida, ¡Que golpe tan duro! ¿Cómo podría su corazón resistirlo?

5 Citas para confesarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora