Yo También te Amo

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Era hermoso, esto parece mas un concierto profesional que un simple show de un restaurante. Leones, panteras, cebras, lobos, gatos, osos... había de todo en ese lugar y todos estaban cantando. Parecía como si hubieran ido todos a comer a ese lugar para ir exclusivamente a ver el show de Imagine Huskies. Yo volteaba a ver a Valentina y sentía una gran felicidad al verla con sus patas en el aire y cantando con los ojos cerrados, incluso estaba yo seguro que las canciones de este grupo me harían sentir esta misma felicidad en el futuro. Como las canciones que te transportan a otro tiempo, esta vez algún día en el futuro cuando escuché este grupo sentiré toda esta emoción que tengo al verla tan contenta.

Después de varios minutos de haberse detenido todos de comer para ver el espectáculo, el zorro toca una última canción para esa ronda, se para de su silla, agradece inclinándose hacia adelante y se va. Todos le aplauden y regresan a sus actividades en el restaurante.

La primer parte del show duró 40 minutos y parece que el zorro féneco regresará en una hora para dar unos 30 minutos más de su música. Valentina y yo ordenamos hamburguesas con doble carne, bebidas y una orden de papas con queso derretido. Tengo mucha hambre y ver la comida de los demás hace que quiera ir a la cocina y ver si las papas están ya y traerlas.

—Wow, de verdad que ese zorro sabe cómo llegarle al corazón de sus espectadores. Pensé que al principio no sería suficiente el piano y su voz pero se escuchó en algunas partes incluso mejor que la original, maldito bastardo, necesito conocerlo ahora, soy su fan. —dice Valentina.

—Pues hasta yo que no conocía ninguna de las canciones ya me dieron ganas de tener ese álbum en mi música. Confieso que me emocioné al principio con la primer canción que se llama...

—Demons.

—Sí, en esa estuve a punto de llorar... —volteo y veo que la chica lobo se acerca patinando con toda nuestra comida encima de una tabla.

—Hola chicos, aquí les traigo su comida. —baja las bebidas, luego los platos. —Hamburguesa doble sin cebolla para el zorro y otra con todo para la linda gatita. ¿Todo bien hasta ahora?

—Sí, todo en orden, gracias. —le sonrío y me tomó medio segundo para comenzar a devorarme los alimentos como salvaje. Parece que Valentina no está tan hambrienta como yo, ella sólo se me queda viendo riéndose de mis grandes mordiscos.

—Se ve que está rico, eh.

Estuvimos 30 minutos comiendo sin platicar nada más allá que comentarios al azar respecto a la decoración del lugar. Llegando al final de mi enorme hamburguesa sentí que ya estaba comenzando a llenarme y paré de comer, me recargué en el respaldo de mi silla y sin que nadie me viera me desabroché el botón de mi pantalón. Qué gran alivio siento.

—Uuuuf, qué buena estuvo. Qué buena, qué buena. —digo y me sobo mi panza ligeramente menos delgada que antes.

—Hm, shi eshta delishiosha, hmmm, me eshta encuantando, hmmm, eshtoy comeshando a amar eshte logar, hmm.—dice ella con la boca llena.

Aprovechando la felicidad y gratitud que tiene por mí ahorita, que mi boca ya no está ocupada con la comida y que ella tiene ocupada la suya, decido tomar la plática con Valentina respecto a todo lo que ocurrió en la fiesta de Peter y explicarle toda la verdad. Ella y yo nos sabemos todo uno del otro y como dije antes, no quiero echar a perder esta amistad por tonterías. ¿Sabes? es una de esas rarísimas amistades que tienen mucho potencial y pueden durar años, entonces debo retomar mi actitud con ella y ser sincero 100%

—Oye...

—Hmm.

—Pues te traje aquí para explicarte unas cuantas cosas, aclarar todo lo que pasó y por qué pasó. Especialmente en lo de la fiesta del viernes. Verás...

Siempre ha sido fácil explicarle cosas a Valentina, pero esta vez estaba siendo extrañamente complicado. Me estoy poniendo nervioso de la misma forma que me puse cuando estuve con Kender a la hora del cuchi-cuchi, pero esta vez sin la excitación, únicamente los nervios. Mis patas se enfrían cuando me pongo así.

—Pues, no es larga la historia, siento que debes saber todo y más aún por lo idiota que me porté ese día. Y-yo yo sé que Peter te parece guapo y...

—Parecía. —me corrige.

—Sí, sí pero te pareció atractivo c-cuando fuimos al... a la exposición de arte. Bueno, un día después P-Peter me llamó y salí con él a tomar un café, ahí me explicó q-que u-ustedes dos, este... pues que lo besaste ahí en la exposición de arte y —comienzo a sentirme más nervioso, qué raro. —y pues tú y yo salimos hace años como pareja, o sea como novios, ¿ves?

—Sí, sí, sigue... — Valentina paró de comer y se me quedó viendo atenta a lo que decía, e interesada.

—Bueno, no sé qué es lo que me ha pasado estos últimos días, Vale. No sé qué me ha pasado, pero me dieron muchos celos ver que saliste con él. Me dolió, de verdad no sabía qué hacer. En la exposición de arte cuando me dijiste que te pareció atractivo a mí no me importó, sin embargo cuando Peter me contó un día después que se besaron, en esa misma noche comencé a sentir que me iba para abajo. —Valentina se limitaba a verme atenta, yo intentaba mantener el contacto con sus ojos pero no podía de la pena.

—Sí... continúa. —dijo con suavidad y en un tono que me animaba a seguirle diciendole todo.

—Lo raro es que esa noche cuando llegué al departamento comencé a recordarte, comencé a recordar cómo éramos y te vi de la misma forma en que te veía cuando los dos estuvimos enamorados. ¿Ves? Bueno, esto que te digo ahora no es fácil de decir eh... —le digo y siento como sale una lagrima de mi ojo derecho. Qué debilucho soy. —de verdad comencé a sentir que te perdía de nuevo, no como esa vez que rompimos nuestra relación, no. Esta vez tuve miedo a verte feliz con alguien más. De verdad no sé en qué pensaba esos días. Por eso fue que cuando tuve la oportunidad le di en su madre a Peter.

Todo lo que dije en ese momento hizo que me sintiera excesivamente sentimental, como hace mucho que no me sentía. Básicamente era una sensación como si le estuviera declarando el amor que sentía a alguien imposible de alcanzar.

—Verás, Valentina. Yo sé que todo lo que siento en este momento es irracional, y mi forma de actuar en estos últimos días ha sido estúpida incluyendo los celos que sentí por ti y el hecho de que me dejé llevar por lo que sentí cuando los dos estábamos juntos. Debí de haber entendido que eso quedó en el pasado, enterrado y ya no existe más ahora... — Valentina me interrumpe una pequeña risa coqueta y una sonrisa, extiende una de sus patas para agarrar la mía.

—¿Siempre eres así de lindo? No seas tonto, de hecho yo tengo que confesarte unas cosas también y es que no importa lo que pase del futuro, salgas con alguien más, te cases o incluso tengas hijos. Yo siempre te seguiré viendo como el zorro que siempre estará ahí para mí, y de eso estoy segura porque hasta ahora nunca me has fallado. Pues por eso mismo yo jamás, en todo lo que me queda de vida, te fallaré. —le agarro la pata con un poco más de fuerza. —Y aunque no estemos juntos como pareja, puedo decirte con absoluta certeza que te amé con todo mi corazón, que te amo actualmente y te amaré hasta que me vaya de este mundo. Eres hermoso y eres único. De verdad que te amo.

Valentina sonrió y noté que también se le pusieron los ojos llorosos, nuestras patas seguían sobre la mesa agarradas. Yo estaba completamente satisfecho con la respuesta que me dijo y sólo pude soltarme a reír por el alivio que sentí, una risa de felicidad. Nuestra relación terminó hace unos años por diferencias entre los dos, nosotros somos muy apegados a nuestras metas entonces decidimos dejar de ser pareja y comenzar una vida como amigos, cada quien por su lado, viviendo juntos. Yo sé que eso suena extraño pero los dos somos mucho más felices de esta manera que como lo fuimos cuando las cosas se comenzaron a ir para abajo cuando éramos novios. Nos seguimos apoyando incondicionalmente pero el hecho de que me haya confesado ahorita que sigue sintiendo por mí lo que yo siento por ella me hace sentir querido, me hace sentir que no estoy solo, que hay alguien que me querrá. Esa noche el vacío que sentía se llenó.Sólo le pude contestar una cosa:

—Yo también te amo.

HushDonde viven las historias. Descúbrelo ahora