Sábado Doloroso

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No pude dormir. Toda la noche estuve con mareos y dolor de cabeza. Todo el alcohol que tomamos en la fiesta de Peter fue "anti-resacas", milagroso y quién sabe qué más, pero el vino que tomé ya en el departamento es común y corriente. Muy pocas veces he tomado alcohol tal cual, supongo que eso fue lo que me tiró físicamente.

Me pongo de dos patas, estoy con sueño y con menos mareo que antes, mi cuerpo se tambalea. Camino hasta el baño, se prende la luz y veo el espejo. Me veo acabado, soy un zombie, si fuera día de muertos no me podrían distinguir entre la decoración y mi cara. El agua comienza a salir del techo, me quito el bóxer y me meto. El agua está helada, se me olvidó pedirle a Siri que me preparara el baño pero ya no importa, de todas maneras casi no siento nada. Agarro el champú y me tiro un chorro abundante en mi cabeza y mi pecho, tallo débilmente mi pelo.

*Toc toc toc* suena la puerta. Yo sólo logro emitir un mugido de mi garganta para dar a entender "¿quién es? ¿qué quieres? ¡¿qué no escuchas que me estoy bañando?!"

–Hola, Hush. ¿Te tardas? Necesito hacer del baño. –dice Valentina.

Yo vuelvo a mugir queriendo decir "no me tardo".

–Ok, ok. Apúrate por fis.

En el momento en que ella se alejó de la puerta yo ya había olvidado quién había tocado la puerta y qué quería. Continué lavando mi cuerpo y noté que al pasar mis patas por mi pecho y mi clavícula sentía dolor, al igual que toda mi cara desde la nariz para abajo. Qué demonios es este dolor... Tuve un flashback, me pelee con Peter ayer, se puso loco, me puse loco, ayer fue un día lleno de locuras, Kender me coqueteó, no yo a él, papitas, elevador, golpes, exposición de arte, shots, Raphael, etc., etc. Todo eso hizo que regresara a la realidad un poco y me preocupé.

Antes de irme a dormir, mientras platicábamos ayer los tres en la sala, estuve con la atención en Kender todo el tiempo. La situación me llenó de dudas como ¿habrá sido sólo el alcohol actuando dentro de nosotros dos? ¿Nuestros actos fueron auténticos? o más bien ¿los dos quisimos hacer eso independientemente del alcohol? ¿qué pasaría si hubiéramos estado aquí pero sin haber tomado? Estas dudas me aparecían conforme pasaba el baño. Sí le prestaba atención a Valentina cuando hablaba, pero cada que podía volteaba a ver a Kender para cacharlo viéndome o algo pero jamás pasó. No tengo ni la más menor idea de qué es esta atracción por él que tuve ayer, jamás había sentido tanta curiosidad por saber qué más hay, me sentí como niño baboso en su pubertad, todo emocional. Ser atrevido, estar haciendo algo "prohibido", aventarme sin pensar en las consecuencias. ¿Por qué pasó eso si a penas lo conozco, será porque soy un zorro?

Después de 23 insensibles y confusos minutos salí del baño con una toalla que me rodea la cintura y otra sobre mi cabeza en forma de turbante. Camino con la espalda curva hacia adelante y mis brazos colgando. Valentina sale corriendo de la cocina y entra sin decir nada, cierra la puerta de portazo. Yo continúo mi tramo infinito hasta mi cuarto que está a un metro del baño... llegué, por fin. Cierro la puerta y me pongo ropa cómoda, unas bermudas y una playera naranja cualquiera, sandalias y lentes negros. Me duele ver tanta luz salir de la ranura inferior de mi puerta.

–Siri, ejem... prepárame unos huevos con jamón, café y también necesitaré las galletas que traje de la exposición de arte el otro día, lo más rápido que puedas si es que quieres que logre sobrevivir a esta muerte lenta.

–Muy bien, estoy en ello. No creo que muera, Hush. Únicamente presenta síntomas de deshidratación y exceso de alcohol en su sangre, le recomiendo que además de su desayuno, tome 3 litros de agua durante esta mañana y tarde, tome también un comprimido vitamínico y le sugiero que deje de picarse la herida en su labio, señor.

–Bueno.

Estuve tirado en mi cama con todo apagado durante 13 minutos hasta que Valentina me avisó que ya estaba mi desayuno en la unidad de alimentación. Yo salí igual de encorvado y todavía mojado del baño.

–Hola, Hush. Te ves terrible. –dice Valentina en lo que fuma en la ventana.

–Sí, lo sé, no creo que pueda hacer nada este día. ¿Tú cómo te sientes? –le pregunto mientras agarro mi desayuno y mis galletas, me siento en el sillón con cuidado y comienzo a comer.

–Bien, me dolió la cabeza cuando me acosté a dormir pero me ganó el sueño y desperté como si nada.

–Suerte tú que tienes experiencia con todos los tipos de alcohol del planeta.

–Quizá, quizá.

–Oye... ¿y Kender?

–Ni idea, me desperté y ya no estaba aquí.

–Hm, bueno. –sin querer me puse a pensar dónde podría estar o qué estaría haciendo. Al mismo tiempo me sorprendí por mi respuesta automática a su ausencia. Sinceramente ¿qué me importa lo que esté haciendo?

Terminé de desayunar y Valentina seguía en la sala, pero ahora estaba acostada en el sillón de una plaza con uno de esos gordos de papel estorbosos, un libro. No entiendo por qué no lee en las plantillas digitales o en su celular. Ella tan anticuada. Me acosté en el sillón de su lado, nos quedamos ahí sin hablar, un momento de silencio en compañía. Perfecto como para despejar mi mente, por lo menos ahora que puedo pensar sin que me duela el cerebro.

Ahora podía discutir conmigo mismo al respecto. No puedo dejar esta situación ir más allá. Jamás había tenido nada con ningún hombre hasta ayer, de hecho lo consideraba imposible (estando yo dentro de mis cabales) pero ayer la forma en que me cuidó Kender, cómo me divertí con él, la forma en que me veía, su forma de manejar la situación tan tranquilo cuando todo era confusión en el bar del zócalo, la fuerza con la que me jaló para besarlo, sus labios... No, no, no. Tranquilízate, Hush. Bueno, qué me está pasando.

Vamos de nuevo.

Entiendo que ayer estaba alcoholizado hasta más no poder, sin embargo aún podía mantener un juicio aunque sea mínimo, quizá sólo es muy bueno consiguiendo lo que quiere y únicamente fui su presa para esa noche. No sé, aún así me gustó se su presa... ¡Hush, tranquilo! Ok, no puedo pensar aún, me declaro mentalmente incapaz de realizar cualquier tarea que no sea respirar.

Aún así... ayer cuando estábamos en la cama...

–¡YAAAAAAA! Basta. –dije fingiendo que gritaba, noté que comenzaba a tener una erección.

–¿Eh? –Valentina ladeó su cabeza y apuntó sus orejas hacía mí.

–No, no. Nada, sólo estoy soñando despierto – dije y luego suspiré.

–Ah. –continuó leyendo.

Valentina y yo estuvimos 1 hora más sin hacer realmente nada. Al poco rato de estar peleando por no pensar en nada decidí irme a mi cuarto e intentar descansar. Me tapo con las cobijas y a los 20 minutos me quedo dormido.

[7:35 pm]

Me despierto sintiéndome mucho mejor pero sigo cansado y adolorido. Salgo de mi cuarto y Valentina sigue en la sala pero está dormida. No hay señales de Kender. Lo esperaba ver para poder discutir de la situación o para poder hablar con él de algo o para saludarlo o para sólo verlo.

Ok, definitivamente no sé qué me está pasando. Quizá sigo ebrio y no lo sé.

[10:20 pm]

Valentina despertó hace rato, nos pusimos a ver la televisión y terminamos de ver 007, Espacio Profundo. Aún no hay señales de él.

[12:13 pm]

Me siento ridículo por estarlo esperando pero es inevitable. Esto que estoy haciendo y pensando va en contra de mi voluntad o por lo menos eso creo. Mis sentimientos son involuntarios.

Ok, me doy por vencido, no llegará a casa hoy, qué estará haciendo. Necesito verlo.

HushDonde viven las historias. Descúbrelo ahora