Hush

Con la Pata Derecha

Ya es lunes, me despierto a las 7 de la mañana fresco, vivo y reluciente. Toda esta energía me levanta suavemente de la cama sin ganas de volver a dormir. Me estiro, las cortinas se abren solas y el sol naranjoso recorre el cuarto lentamente hasta llenarlo por la mitad. Me levanto, suspiro, echo una mirada rápida hacia afuera y me animo más.

Ayer en la mañana hice una semi lista de todas las cosas que se supone que tengo que hacer para estar más estable y cómodo en mi propia vida, hasta ahora:

Reconciliación con Valentina: HECHO

Plan Promocional: EN PROGRESO

Idea para el video: EN PROGRESO

Situación con Kender: MEJORANDO

Voy bien, voy bien. De hecho lo poco que llevo me ha aliviado más de lo que pensaba que podría mejorar, tomando en cuenta que mi vida no es muy grande que digamos, y sin muchas emociones positivas.

Agarro mi ropa formal del clóset, salgo y el baño está ocupándolo Kender.

*Toc toc*

–¿Kender? ¿te tardas?

–No, no, ya casi acabo. Tengo que correr. ¿Puedes por favor poner un café en un termo para írmelo tomando? ¡se me hace tarde! –escucho como Kender hace ruidos apresurados dentro del baño.

–Ok, ya voy. –su cita en la fábrica es a las 8 am y haría como 40 minutos de aquí para allá con tránsito matutino. Sin tránsito llegaría en 10 o 20 minutos. Tiene que apurarse. Voy a la cocina, abro una de las puertas de la alacena, tomo el termo verde (mi preferido), lo lleno con café y lo dejo en la mesita a lado de la entrada para que cuando él salga lo agarre.

–¡Listo! –dirijo mi grito hacia el baño usando una de mis patas.

–¡Gracias! –se escucha.

–¿Te vas a meter a bañar ya? –pregunta Valentina que está en la sala desayunando un sándwich y leyendo su antiguo libro. Esas cosas me siguen pareciendo anticuadas e inútiles, estorbosas más bien.

–Sí, nada más espero a Kender para meterme a bañar. ¿Y tú?

–Lo tengo libre, fui el domingo pasado a trabajar para hoy salir con Mariana pero me canceló todos los planes desde el día de la exposición de arte hasta un mes más ¿te acuerdas? Me dijo que salió urgente para ir ver un familiar que tuvo una accidente en otro estado. Igual, aprovecho el día para descansar más. –me dice sin dejar de mirar su libro.

–Ah, ya, ya.

Comienzo a preparar mi desayuno en la unidad de alimentación. Hoy es huevo con tortillas fritas, leche y pan tostado con mermelada. Voy a la sala para compartir el espacio con Valentina y comienzo a comer viendo la televisión.

–Corre, corre, corre, corre, corre... –repite Kender todo el tiempo al salir del baño apresurado. Todo su pelaje sigue mojado y se ve gracioso, estoy acostumbrado a que se vea más esponjoso y más seco. Me río con un bocado en mi boca y Valentina también lo hace. –Llego tarde, llego tarde, me voy a morir, me voy a morir, Señor que estás en los Cielos, ayúdame... –repite queriéndonos hacer reír más pero estando auténticamente apurado.

–Jajaja, ¡ya apúrate y déjate de tonterías! ¡¡Correeee!! –dice Valentina riéndose.

Después de 7 minutos de tener a Kender brincando, gritando y poniéndose toda la ropa que puede al mismo tiempo; por fin toma mi termo favorito y sale corriendo del departamento despidiéndose.

–¡Nos vemos, nenes! –dice ya estando la puerta cerrada.

Valentina y yo nos terminamos el desayuno en silencio, de ese silencio que nada más puedo tener con ella; cómodo, a gusto, sin sentirme obligado a sacar algún tema para platicar. Me levanto y dejo mis trastes en fila dentro de la bandeja de limpieza, agarro la ropa que dejé encima del sillón para meterme al baño. Ya adentro, me desvisto, pongo Imagine Huskies (ya me gustó la banda, jaja...) y me baño. Comienzo a mover mi cola, mis patas y canto como si estuviera de vuelta en Crazy 00's, pero esta vez escucho la versión rock. Admito que no me gusta el rock pero esta banda antigua sí llena ese pequeño espacio. Escucho como Valentina le pide a Siri que ponga la música que estoy escuchando en toda la casa y también comienza a cantar. Me seco rápido y me pongo bóxers para salir y terminar la última parte de la canción juntos.