Noche Desperdiciada

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A la mañana siguiente, me despierto cuando Daniela me llama por teléfono. Me dice que viene en camino, de modo que salto de la cama, corro a la regadera y pienso en todas las cosas que tengo que hacer hoy. A la mayoría de las personas no les gustan los lunes, a mí me dan igual.

Tras decidir qué pantalón ponerme, escojo uno gris Oxford y una camisa blanca sencilla, cinturón negro, zapatos negros y mi chamarra negra de siempre. Hago caso omiso a los pensamientos que me llegan de todo lo ocurrido el fin de semana, destacando entre estos los destellos azules del cabello del chico que vi ese día. No puedo creer cómo ese pensamiento llego a sobrevivir hasta este momento. Ya han pasado dos días.

—Nos vemos en la tarde, Valentina. Ya debo irme, se me hace tarde. — le digo mientras me apresuro agarrando mi café, y abriendo la puerta de la entrada de prisa. Bajo las escaleras, me despido del portero. Ya estando en la calle espero a ver a Daniela, pero no ha llegado. Ella debería estar esperándome afuera en su carro. Decido ponerme los audífonos y escuchar un poco de música en lo que espero.

—Hey, Hush. Por aquí. *peep peep* —suena la bocina del carro de Daniela. Ella es una coneja muy linda que trabaja conmigo en una oficina en Reforma. Yo soy el encargado de la promoción y marketing dentro de una empresa de dispositivos digitales para casas, ella es mi compañera de diseño. Se podría decir que yo soy su jefe pero eso nunca se mete entre nuestros asuntos personales. —te estoy esperando aquí desde hace 10 minutos, siempre llegas tarde, tenemos una junta con todos los directores en media hora. Reza porque lleguemos temprano.

—Sí, perdona, no pude dormir bien y la verdad tu llamada me despertó. —le digo mientras todavía tengo mi café, sorbo unos cuantos tragos. El resto del camino nos quedamos en silencio, escuchando música clásica que a ella le encanta. Qué suerte tuvimos de que no haya habido tráfico esa mañana, llegamos temprano.

La junta duró dos horas, tratamos asuntos importantes, vimos estadísticas y los planes para el próximo mes intentando hacer que las ventas suban. Me asignaron diseñar 15 nuevos promocionales: 5 holográficos, 5 inmóviles, 4 pósters y 1 video, para el video me dieron un mes.

Son casi las cinco de la tarde cuando nos marchamos de las oficinas, Daniela y yo tuvimos un día de trabajo común, sin embargo yo estaba pensativo acerca de qué podría hacer para el vídeo promocional que me asignaron. No estoy seguro cómo o qué voy a hacer, de qué se va a tratar ni nada por el estilo.

—Nos vemos mañana, recuerda que no voy a pasar por ti esta vez. Llega temprano. Besos — me dice Daniela mientras se aleja caminando hacia el lado contrario mío moviendo su pata y sonriéndome.

Ya llegando casi a mi casa, decido pasar por una pizza. Quería sorprender a Valentina ya que nos encanta la pizza. Me muero de hambre y te juro que cuando esté ya en la casa voy a devorarme todo lo que pueda y lo más rápido que pueda toda la comida disponible ahí. Cuando llegué vi que Valentina estaba en su celular jugando. Se emocionó muchísimo de que haya llevado pizza. No sentamos en la sala y comenzamos a comer, ella se devoró toda la mitad. En su defensa, dijo que no había comido nada en todo el día. Estábamos los dos platicando cuando sonó mi teléfono, contesto y es Kender.

—Hey, amigo Hush. No puedo pasar, no me han metido al sistema, ábreme, va a llover.

—Ok, ok. Voy —Me paro, camino hacia la pantalla de seguridad y selecciono la opción "abrir puerta entrada" acerco mi muñeca a la pantalla *click* se abre la puerta.

—Hola, Ken. Traje una pizza, sólo sobra un pedazo ¿la quieres? Jeje.

—No, muchas gracias. Acabo de regresar de comer con mis amigos y estoy lleno. Pero si no la quieres la puedes meter al contenedor orgánico y me la como después que me de hambre. Conociéndome dentro de una hora voy a estar hambriento de nuevo, jajaja. Y hola, Vale ¿cómo estás?

HushDonde viven las historias. Descúbrelo ahora