Capítulo 4

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Cerró de un portazo furioso y se llevó las manos al pelo, frustrado. En su mente lo único que podía escuchar era una maldición tras otra. No le importaba que tuviera varias heridas en el rostro o que le doliera las costillas y el estómago como si aún lo estuvieran pateando. No, aquello no le importaba en ese momento, sino como había dejado a BaekHyun en su casa, como este se había apartado sutilmente de su tacto.

Se apoyó contra la puerta de su apartamento y se deslizó hacia abajo, hundiendo la cara entre las rodillas al llegar al suelo. Le había costado tanto conseguir la relación que tenían ahora y tenía miedo que por ese ataque BaekHyun se alejara. Él ya le había dicho desde el principio que no le gustaba la apariencia que tenía y todo lo que se podía asociar a ella, por eso ChanYeol había mantenido en secreto todo lo relacionado con el trabajo sucio que hacía.

Había hablado con Kris dos semana después de haber conocido a BaekHyun. Estuvo pensando cuidadosamente en su vida, en el camino que estaba tomando y a pesar de que desde los diecisiete supo compaginar muy bien su vida normal con esa otra vida, se dio cuenta de que era hora de pasar página. Se dio cuenta gracias a BaekHyun.

Sin embargo, parecía que Kris no iba a dejarlo marchar tan fácilmente como supuso que haría cuando le explicó que quería dejarlo. Debería haber sabido que no iba a ser fácil, pero de todas formas lo intentó.

Lo que más le jodía de todo ese asunto era que BaekHyun hubiera estado presente. Además de que por su culpa le habían dado un puñetazo y aquello no hacía más que carcomerle por dentro.

Se levantó despacio, siseando porque le dolía todo el cuerpo. Caminó hasta el baño y se quitó la ropa con lentitud, cogiendo después el botiquín donde tenía varias gasas y desinfectante. Se palpó las costillas que ya sabía de antemano que no estaban rotas porque sino el dolor hubiera sido más intenso. De aquello solo obtendría un par de moratones bien feos.

Se curó los cortes que tenía en la cara y puso unas cuantas tiritas. Rió con nostalgia al acordarse como BaekHyun lo había acusado de chico malo por llevar una de ellas en el puente de la nariz.

Esperaba con todas sus fuerzas que BaekHyun no se alejara después de eso. No sabía si sería capaz de resistirlo, porque desde el primer momento que lo vio, sintió algo. Un algo que no hizo más que crecer y que lo obligó a no desistir a pesar de las numerosas negativas que recibió por parte del castaño.

Porque BaekHyun invadió su mente desde la primera vez.

***

Dejó la moto aparcada dónde siempre. Estiró los brazos cuando se bajó y se colocó bien la chaqueta. Caminó hacia el bar donde había quedado con JongDae y un par de colegas más. Había terminado el trámite que tenía previsto para esa noche y ya se lo había llevado a Kris, así que estaba libre hasta nueva orden.

El local estaba como de costumbre, quizá un poco más  vacío de lo habitual, pero los olores y las personas eran las mismas. Excepto por una. Nada más entrar sintió la presencia de un par de ojos sobre él y no pudo evitar mirar hacia ese lugar.

Estuvo a punto de abrir la boca, pero sus amigos estaban delante y tenía que mantener la compostura. Se acercó a la barra como si no se hubiera percatado del chico que lo miraba intensamente y pidió un whisky. Giró la cabeza para mirar al muchacho y se dio cuenta de que este lo estaba escrutando de arriba abajo. Sonrió con satisfacción al ver como sus ojos lo recorrían de forma intensa, pero su corazón empezó a latir demasiado rápido cuando sus miradas se encontraron.

El chico era muy atractivo y demasiado guapo. Tenía unos ojos de cachorro que iluminaban ese fino rostro de piel blanca y un pelo castaño que caía con delicadeza. Pero sus labios, oh, sus labios. ChanYeol se contuvo de relamerse los suyos, pero lo que sí hizo fue mirarlo atentamente él también. El muchacho estaba sentado, no obstante, pudo percibir que tenía unos muslos que serían la tentación de cualquier ser humano.

Troublemaker [ChanBaek]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora