10: Un fuerte accidente

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Después de lavar los platos y de alimentar a Peigne y Canarie, esos dos pájaros que repetían hasta morir el nombre de la madre de Claire, Lara subió a su habitación, se dio un baño mientras las notas del piano llegaban hasta la habitación. Claire adoraba tocar durante horas. Lo tomaba como ocio y deshago a la vez.
Lara puso la mano en la perilla de el agua y la giro para cerrar el paso de la regadera.
Su humor había subido hasta el punto de olvidar todo lo que había pasado en el día, solo pensaba en lo hermosa que era su vida en Nueva York y lo bien que la pasaba con Claire.
Mientras secaba su cabello, encendía el televisor y con ver una frase tan corta, recordó la peor pesadilla de su vida.
"Hombre muere aplastado por un tren".

1997 Nueva Escocia
Café "the Old Oysen"

Era uno de los días más pesados de la semana. Los clientes entraban y salían sin parar, la puerta de la cocina se columpiaba para delante y para atrás. En ese día, la puerta de la cocina, no se cerró en ningún momento.
Lara penas tenía tiempo de respirar, una orden por aquí, un café por allá. Además del sudor que le escurría por la nuca y la frente, un escalofrío le cimbraba el cuerpo centímetro a centímetro. Una sensación extraña se apoderaba de su mente y su padre pasaba por su pensamiento cada minuto.
Aun así, trabajaba y servía igual que siempre.
Martha, una de sus muchas amigas de trabajo, parecía ser la única que notó que el teléfono sonaba, era ella.
Contestó la mayoría de las veces creyendo que eran clientes que querían reservar una mesa en el café o pedidos a domicilio, pero no era ni una opción ni otra. Era el cuñado de Lara. Hablaba con voz desesperada y rogaba que Lara se comunicará lo antes posible.
-"Ahora no puede está muy ocupada"
-"¡Te estoy diciendo que es urgente!¡Demonios!"
Después de incontables veces que el teléfono sonó buscando a Lara, Edween apareció chorreando de pies a cabeza. Parecía como si se hubiera sumergido en una piscina.
Pero no era así. Había corrido desde la casa de Lara hasta el café.
Cuando Lara lo vio, Comprendió al instante que algo estaba ocurriendo.
Edd gesticuló con impaciencia al mismo tiempo que pronunciaba "Es tu padre
Lara llevaba una charola en su mano y cuando leyó los labios de Edween, soltó la charola dejando que todo se hiciera añicos.
Corrió a la puerta y Edween, en lugar de correr, la tomó del brazo y ambos corrieron al hospital. Lara no hacía preguntas y Edd no decía ni una palabra.
Llegaron corriendo y cuando llegaron a la puerta del hospital, se encontró con su hermana hecha un mar de lágrimas.
Lara, al igual que Edween, expulsaban aire por la boca de forma exagerada, Lara estaba agotada pero no lo suficiente como para comprender que algo demasiado grave había pasado con su padre. Abrazó a su hermana mientras ella repetía:
>>¡Esta muerto!<<

Lara y HenryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora