Entré a la oficina un poco cansada. No estaba acostumbrada a trasnochar. Ya no.
Harper parecía abatida también, y me saludó con un somnoliento "Buenos días".
La noche anterior había sido un poco... Rara.
***
Me tocó sentarme al lado de Drake, y lo agradecí ya que a su lado me sentía algo más segura. La cena fue tranquila, la comida correcta y la compañía agradable. Nada memorable pero nada despreciable.
Pero lo que parecía que iba a ser una noche más en mi vida, de repente dio un tumbo inesperado. Cuando acabó la cena, Roger propuso ir a tomar unas copas en un local que quedaba cerca del lugar. Drake me miró.
- ¿Vas a ir? - le pregunté.
- No sé. ¿Vas a ir tú?
- Puede. Aún no lo he decidido - contesté. Por una parte creía que podría estar bien. Por la otra no sabía si mis compañeros realmente deseaban mi presencia.
Louise se acercó y se colocó entre los dos.
- ¿Vais a venir, queridos? - dijo con su tono de voz habitual.
- ¿Lo dudabas? - contestó Drake de repente. - Si vengo me quedo hasta el final.
- Hasta el final final? - dijo Louise mientras mostraba una pequeña sonrisa.
- Hasta el final final - contestó él.
Y entonces, sin saber por qué, decidí que yo también iría. De repente, me fijé en que todos mis compañeros habían bebido unas cuantas copas de vino y que esto les hacía sentir más libres, relajados y divertidos y eso me relajaba a mi.
Así que nos dirigimos al local que Roger había propuesto. Era un bar musical oscuro con unas luces que iluminaban algunas mesitas y la barra. Había gente bailando y otra sentada. Un ambiente nocturno tranquilo y agradable.
***
Helene se me acercó por detrás.
- Buenos días Norah - me dijo con una sonrisa entre complice y divertida. Sonreí por mis adentros - Buenos días Helene.
- Dime que tú también te estás muriendo de sueño.
- Mucho. Muchísimo. ¿Han venido todos a trabajar?
- Menos los jefes. Sí.
Abrí mucho los ojos mientras asentía.
- Quien sabe - dijo ella contestando a mi mirada. Sonreí.
- ¡Nos vemos luego!
- ¿Quieres venir a comer con Harper y conmigo luego?
Me mostré sorprendida pero contenta.
- Sí, claro - contesté.
***
Miré un poco desconcertada el panorama esperando ver con quién podía sentarme.
- ¡Norah! - me llamó Harper - ¡Siéntate con nosotras!
Así que les hice caso. Tampoco es que tuviera muchas más opciones.
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Solo un segundo
RomanceCuando la jóven Norah Batts consigue su nuevo empleo en una agencia de publicidad, su vida está a punto de dar un vuelco. Pero ella aún no lo sabe.