Solo un segundo

Norah y Louise

- Niñata tú qué te has creído - dijo Louise con todo el odio que encontró dentro suyo.

La miré con la boca abierta, un poco asombrada.

- ¿Perdón? - fue todo lo que pude contestar mientras se acercaba a mi mesa.

- ¿Crees que puedes llegar aquí y acaparar toda la atención? ¿Qué-te dije-de Finn?

- No sé qu... - empecé a decir.

- ¿QUÉ TE DIJE SOBRE FINN, NORAH?

- Creo que una mujer como tú no necesita ir amenazando a las otras mujeres que la rodean para conseguir un hombre. Creo que tienes suficiente encanto y lo pierdes con estas inseguridades y estos juegos.

- ¿Pero, pero qué te has creido? - dijo ella aún más cabreada si era posible.

- Creo que eres guapa, de verdad Louise. Y eres muy elegante, y te admiro por ello. Podrías tener a Finn y a Drake y a Roger y a cualquier hombre comiendo de tu mano si eso fuera lo que tu quisieses. Pero toda esa elegancia la pierdes cuando te ves amenazada por mi. O sea, casi que me alaga, no creo que esté a tu altura ni mucho menos. 

- En algo estamos de acuerdo, al menos.

- Pero con esta actitud los aborreces Louise. No soy yo quien aleja a Finn de ti. Eres tú. Finn es una persona, no es de tu propiedad. No es tan difícil - vi que por un momento me estaba escuchando -. Y yo también lo soy, y no me gusta nada como me hablas ni como me miras, no te he hecho nada. Además ayer estabas con Drake. ¡No puedes tenerlo todo en esta vida! 

- No entiendes nada Norah... - dijo ella. Esta vez sonaba más entristecida que otra cosa. Se fregó los ojos con ambas manos. Parecía cansada. - No se trata solo de Finn. 

- ¿Drake? - pregunté un poco sorprendida. 

- Drake.

- Pero si estuvo contigo toda la noche. No... No lo entiendo.

- Estuvo hablando de ti mucho rato. Y por como lo hacía, se notaba en sus ojos que le gustas, no sé hasta que punto. Pero gustarle aunque sea solo como persona a Drake, ya es todo un logro. Y yo le cambiaba de tema y él volvía a ti y... Ocupabas la mayor parte del espacio de su mente. 

- Vaya... No, no tenía ni idea.

- Y sé que no le gustó cuando estuviste con Finn. Y no porque me lo dijera sino porque ese brillo en sus ojos se apagó y volvió a su humor huraño habitual. Al principio creí que era yo, que lo hacía estar más alegre, pero no. Eras tú, era tu presencia. Y de repente te fuiste y él vino a por ti, dejándome a media frase...

- ¿Aún le quieres? - le pregunté. 

- Tú no lo entiendes, no puedes entenderlo. Drake y yo no funcionaríamos como pareja, y esto lo tengo muy claro. Nos divorciamos por algo. Pero de todos modos, no puedo evitar sentir algo de lo que me hizo casarme con él. No puedo olvidar el amor de un día para otro. Aunque ya haga tiempo que nos separamos, nunca hemos acabado de cerrar el ciclo. 

Fue la primera vez que vi a Louise como una persona. Por un momento, hasta la compadecí.

- Louise, no es una competición. No estoy tratando de quitarte nada. Pero tampoco puedes prohibirme que hable con todas las personas de esta agencia por las que te sientes atraida. Tienes que entender esto. Creo que eres una mujer que ha olvidado lo que vale, y debes recuperarlo por ti misma. Sin tratar de eliminar a las otras mujeres que te parecen una amenaza. Creo que los hombres ya nos infravaloran suficientemente, como para que estemos compitiendo entre nosotras. Te admiro por lo lejos que has llegado profesionalmente, y espero que algún día pueda admirarte también como persona. 

Hizo una mueca parecida a una sonrisa y bajó la mirada. Sabía que tenía razón y se sentía avergonzada. Sin decir nada más se levantó y se fue.