Gracias por llegar a mi vida || Niall Horan || © ¡TERMINADA!

Capítulo 5 ✓

Narra Elizabeth

El dolor era insoportable

Solté un pequeño gemido de dolor, creí que yo era la única despierta, pero me equivoqué

—¿Te duele mucho? —preguntó preocupado

Me sorprendí al ver a Niall arrodillado a mi lado

Al menos él estaba mejor que yo

—No es nada —mentí

Negó

—Sé que el dolor que sientes es insoportable —dijo mientras buscaba algo en su maleta y sacó una maletita

Negué en silencio

Por la mueca que hizo, pude observar que el también sentía dolor

De ahí sacó una jeringa y me asusté

—¿Qué vas a hacer? —

—Es un analgésico, con esto te pasará más rápido el dolor —dijo mientras cogía delicadamente mi brazo y buscaba mi vena

Sentí un escalofrío cuando tocó me tocó

Retiré mi brazo

—No lo necesito —dije seria

Mi orgullo es muy alto lamentablemente

Niall suspiró

—Lo necesitas, te hará mejor —me explicó

—Yo no lo necesito, úsalo mejor para ti —negó

—El dolor que siento es soportable, además tú has sufrido más rasguños que yo —

—Me siento bien de verdad —traté de sonar amable

—¿Segura? —levantó una ceja

—Segura —me miró a los ojos por unos segundos luego suspiró

—Bien... a ver levántate tu sola —

Maldije internamente y lo fulminé con la mirada

Él sólo soltó una pequeña risa

Tragándome un grito de dolor me paré, pero mi cuerpo no soportó porque perdí estabilidad y caí

Pero en vez que me estrellara contra el piso, Niall me cogió en sus brazos

Lamentablemente nuestros rostros quedaron más cerca de lo que debería

Nuestras respiración se juntaron y se hicieron una sola, por alguna razón tanto la suya como la mía estaban aceleradas

El dolor desapareció, nos quedamos viéndonos por un largo rato sin decir nada, sólo nos mirábamos a los ojos

No quería romper este momento

—Eres terca... —susurró mientras rompía el momento y me dejaba en el suelo con cuidado

Me quedé callada, no sabía que pensar

Me sentí atontada por un momento cuando nos miramos

Nunca había sentido esa conexión con alguien

—No te puedes levantar, déjame ponerte el analgésico, tú lo necesitas más que yo —me pidió preocupado sacándome de mis pensamientos

Sólo asentí y volví a perderme en mi mente

Lo que me trajo a la realidad fue cuando la aguja entró en mi brazo

—Mierda... —susurré

—Lo siento... —se disculpó —Pero con esto te sentirás mejor... será mejor que te recuestes un rato —