Otra historia que no conoces

Crímen Y Castigo

Luego de un largo período de extenuantes entrenamientos y pocos descansos con mi padre en la capital, me encontraba volviendo a casa exhausto por la última sesión de entrenamiento, habiendo decidido que bien podría esperar las noticias de las mercancías en la comodidad y seguridad del hogar, pues estar en Desembarco del Rey pasando tiempo con Ser Dentos,aún así seguía siendo estar en Desembarco del Rey al fin y al cabo.

Este lugar ya ha probado no ser el más seguro de todos, incluso desde mi primera visita a él y ahora con la guerra habiendo estallado y casas siendo aplastadas, señores con sus ejércitos masacrados, castillos tomados y defensores derrotados, todo se resume en una creciente inseguridad por si la capital se podría transformar en un objetivo de guerra a corto plazo para los rebeldes Baratheon. Mi padre puede perfectamente escribirme cuando llegue lo que le corresponde a Suno, y mi comisión por supuesto.

Sucede que no quería parar en el camino y pretendía seguir viaje hasta llegar a destino (locación que mis hombres desconocían, pues no les había comunicado hacia dónde nos dirigíamos, solo seguían mi marcha) pero estaba tan agotado que, durante la noche, me quedé dormido en los lomos de mi montura, solo para despertar habiendo tomado otro camino.
No decidí volver hacia atrás para retomar viaje, sino que preferí que siguiéramos avanzando hasta las tierras de algún noble partidario de la corona que nos brindara asilo para poder alimentarnos y a nuestros caballos y descansar, que lo venía necesitando.

En eso llegué a un castillo en la frontera con El Dominio en Tumbleton, tierras de los Footly, un asentamiento relativamente nuevo de una casa relativamente nueva al parecer, pues no me era muy familiar, no recordaba a quien pertenecía el fuerte. Habiendo estudiado todas las casas de Poniente en Antigüa, no podía creer cómo no recordaba una casa tan cercana a la capital del reino.
Cuando me percaté de que era La Marca entonces recordé que era el hogar ancestral de la casa Jäger, una casa menor como la casa Rouvard de Suno, que eran allegados a los Targaryen, de hecho, había accedido a la casta noble por la gracia del Rey Daeron, "El Bueno", (aunque en realidad eran caballeros con tierras, pero bueno, son tecnicismos, además solo se tenía registro de que el fundador de la casa era caballero, si él luego armó a sus hijos caballeros y éstos a los suyos, no lo sé, pero en ese caso, se les permitiría poseer tierras) así que supuse que en esta guerra se mantendrían leales a la corona. Por lo que me acerqué a la entrada con mis hombres y grité

-"Somos hombres fieles al Rey Aerys II y al Trono de Hierro, solicitamos asilo y descanso en calidad de invitados en sus tierras. Estamos agotados por el viaje y nuestro destino aún está lejos."-

Mostrando en alto el Estandarte de la casa Rouvard para aclarar en nombre de quien veníamos.

Ahora me encuentro siendo apuntado por los arqueros del muro que fueron llamados la atención por mi grito y esperando una respuesta, anhelando que no sean flechas en el torso.
No creo que estos hombres nos ataque después de emitir tal mensaje, aunque tenía mis dudas, pues ya me había sucedido de llegar en son de paz, aunque prevenido, a un castillo y que nos atacaran por sorpresa. El caso era distinto al final, resultaron ser enemigos y como bien me dijo Lord Trant, en la guerra no existen reglas, sacándome de mi burbuja y lavando mi inocencia.
Estos se supone, son aliados en la guerra, hermanos de armas, aunque no parecen haber tenido mucha participación, pues tienen muchos hombres custodiando la fortaleza.

En cualquier caso estamos preparados para luchar, con mi escudo cometa suelto en la espalda y la armadura bien ajustada para protegerme de un ataque. (es solo darme vuelta para que sus flechas no me impacten directamente aunque sea, tal vez perforen un poco el escudo, pero no lograrán atravesarlo del todo, me aseguré de ello con los refuerzos que le coloqué al repararlo, y lo que si logren penetrar, mi armadura las parará).
--------------------------Unas pocas nubes se alzan en el cielo a la vez que una suave brisa da un aura de serenidad en La Marca a pesar de que todos sus habitantes se encuentran trabajando a esta hora, desde el interior del castillo puede oírse un leve bullicio ahogado por el correr del río y el escándalo de unos potros salvajes siendo entrenados en un corral al otro lado de las murallas. Los campos están siendo cultivados y la tierra arada, las cosechas a las afueras de La fortaleza son pequeñas, lo suficiente para alimentar a los habitantes al interior de esta.
Pero la paz es interrumpida por los gritos de unos jinetes que cruzaron el río Blackwaters para buscar asilo en La Marca. Los arqueros sobre las murallas tensan sus arcos ante esta irregularidad y se miran los unos a los otros confundidos al ver el estandarte del viajero. Luego de un par de minutos tensos, los guardias relajan los arcos y guardan sus flechas luego de comprobar que el "invitado" no es una amenaza al mismo tiempo que comienzan a esparcir la noticia.