Capítulo 3

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Jude POV'S

La noche se había echado sobre la ciudad, y con ella la lluvia. Lentamente como un manto cerniéndose sobre el cielo, las nubes se oscurecieron dejando a las gotas sucumbir a la gravedad. Caminé despacio por la acera mientras el resto de la gente lo hacía a toda prisa con toda clase de chaquetas y paraguas sobre la cabeza para evitar mojarse. Sufrí más de un empujón por parte de la masa, pero me negué a acelerar el paso o a esquivarles; y cuando algún viandante se giró airado para reprenderme por no apartarme de su camino, mi misma presencia pareció obligarle a cambiar de opinión y seguir caminando. Dragon's me esperaba en la esquina de la calle St David con la 51th. Un local de tatuajes regentado por Erick y Cam durante el día, un lugar de reuniones para negocios ilícitos durante la noche.

Me paré frente al reflejo de mi figura que la puerta metálica de la tienda proyectaba y reparé en los mechones rubios teñidos que se pegaban húmedos a mi frente. Mi pelo castaño claro de nuevo demasiado largo, y yo demasiado perezoso para alcanzar unas tijeras y arreglarlo. Suspiré lentamente, y entonces entré. Ya todos se encontraban sentados: Erick reclinado sobre el mostrador luciendo distraído; Cam apoyando su cadera en la vitrina de piercings; Trevor y Ash en el sofá de cuero negro de la entrada hablando en voz baja en su particular conversación privada.

-Hola.

-¿Qué tal?.-Me saludaron de vuelta.

Andando a través de la habitación, acerqué un taburete alto de la esquina y tomé asiento en silencio.

Trevor carraspeó un momento después, alejándose unos centímetros de Ash.-Muchachos no es que tengamos mucho tiempo, os diré lo esencial.

Nadie le interrumpió.

-Ayer miércoles un número oculto me llamó. Al principio no lo cogí porque no pensaba que sería la gran cosa, ya saben. Pero tras su insistencia, finalmente contesté. El tipo se presentó como Damien Moolan.-No podía negar que los números ocultos eran normalmente como nos contactaban, aun así era a mí a quien buscaban. Esta era la primera vez que los roles eran alterados. Trevor continuó.-Me dijo que sabía quién era y para quien trabajaba, que quería hacer dos encargos...

-Espera, espera, ¿Dos encargos?-Preguntó Cam.

Trevor asintió.-Me dio una dirección a treinta minutos de aquí, un lugar creo, y otra dentro de la ciudad, haciendo referencia a dos hombres en concreto: Luca Riccioli y Andy Gutiérrez. Lo malo es que me dio un plazo de solo dos días. Ese es nuestro tiempo límite.

Erick se levantó del mostrador, acercándose. Su mirada seguía vaga, pero podía decir que estaba intentado enfocarse a través de la neblina de la droga.- ¿Qué hay de la pasta?

-Sí, ¿Qué hay de eso? Está presionando con los días, pero ¿cuál es la ganancia?- Replicó Ash a Trevor.

-Me habló de una cantidad exacta si realizábamos a la perfección la eliminación de sus dos objetivos: 30.000 dólares.-Cam silbó ante la inesperada cifra, yo me mantuve en silencio, haciendo inventario mental sobre la cantidad de agujeros que nuestro plan podría tener, todo lo que podríamos hacer mal y ser atrapados, o aun peor, no sospechar que pudiera ser una trampa y que la policía estuviera acechando detrás... Mientras divagaba escuché la voz de Trevor llamándome.

-¡Callad! Quiero escuchar lo que tiene que decir Jude, de él depende la última palabra.

Fruncí el ceño, confuso, tratando por un segundo de ordenar todos los pensamientos que acababan de pasarme por la cabeza y ser capaz de tomar una decisión sensata.

Los miré severamente.-En verdad tenemos muy poca información, cosa que no es nueva.

Nosotros trabajábamos a partir de nombres, fechas y dinero. Teníamos un principio de no intervención personal en los negocios, sin husmear más allá de lo que nos podría resultar útil para la operación. Porque a más conocimiento mayor era el riesgo y complicación de los planes. Por lo general, nos cerníamos a los datos que nos proporcionaba el cliente trazando nuestro movimiento a partir de ahí.-Sin embargo, si todos estamos de acuerdo no pienso que debamos echarnos atrás. Sería la primera ganancia gorda desde los narcos del puerto de Frank que nos cargamos el año pasado.

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