Vista de ave

14 0 0
                                    

Eran varios pisos de altura, observaba como la gente se ignoraba una a otra con el telofono o incluso otros más anticuados con el periódico que era únicamente un catálogo de muertes, y ninguna noticia buena o un progreso científico.

Aquella anciana intentaba cruzar, pero los quince segundos en rojo del semáforo no lo permitía, solo consistía en que alguien tomará su brazo y con un ademán pidiera un momento para que ella cruzará, pero para los demás era invisible.

¿Por que ese pequeño sonreia? Tenía un pantalón corto y unas sandalias viejas, su camisa con un payaso gigante y sonriente demostraba que aun era un niño que aparentaba ser mayor, los dientes de leche apenas irían cayendo su cabello largo y sucio demostraba el descuido que mantenía, una persona entre tantas le ofrecía una moneda, otras comida, otras.. Sólo las miradas frías del desprecio y de odio, miradas que se clavan como espinas.

Aquella persona acaba de tener un accidente, parece que las motocicletas y las banquetas no se llevan muy bien, con dolor intentaba levantarse, la sangre que estilaba por su codo era mucha y aun así todos con miradas vigilantes observaban, pero nadie ayudaba, se lamentaba a solas y emprendió su camino.

Debió haber ayudado en muchas ocasiones, pero ¿como? No había manera de que bajará con gran velocidad tantos pisos y ayudar a esa anciana a cruzar, quizá perdería de vista a aquel niño, jamás hubiera notado al joven de la motocicleta.

No hay manera de que una persona mueva al mundo, no hay manera de que un ser omnipresente no pueda ayudarlos a ellos, entonces nuestro Dios será malo, ¿y que tal si todos hubieran  ayudado? Dios sería bueno.

Incluso los dioses se pudren.

El Super Hombre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora