Tarde

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-Los perdonó les dijo, mientras veía a Ted a los ojos y luego volteó a ver a Fideo y Murciélago.
Gracias, en pocos momentos me hicieron darme cuenta de tantas cosas, no existe aun el Super Hombre y si existe gente como ustedes lo pisotearan hasta que no queden rastros de el, jamás soportaran ver a alguien superarse por que lo harán caer de inmediato.

-¡Callate, Asqueroso gusano!

Ted lo empujo y tomó un tubo de plástico y lo vio hacia abajo, su mirada era de miedo, el no sabia que lo impulsaba a hacer todo eso.

Lo golpeó en el rostro, se torno roja la mejilla, luego en el estómago produciendo un quejido, Fideo y Murciélago lo seguían los tres con tubos lo golpeaban.

-Jamás les desearía este dolor a ustedes-decía mientras lloraba.

Sus brazos y rostro estaban rojos, marcados por los golpes, se aburrieron y a puño limpio culminaron, su boca brotaba algo de sangre, su ojo izquierdo era imposible de abrir por el dolor y los cortes provocados por los golpes.

Levantó la cabeza, luego el tórax hasta quedar sentado, ellos seguían a un lado observando. Levantó la pierna derecha y se impulsó hasta quedar de pie.

Camino dejándolos a ellos atrás, se acercó a la orilla, lo observaban atónitos. Volteo hacia atrás y sonrió.

La música de las aves se mezclaba con sonidos de autos, no era una buena melodía en absoluto. El cielo azul como nunca y las nubes como pedazos de algodón invitando a observarlas.

Un ruido término con la tranquilidad de la tarde.

El Super Hombre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora