Retorno en plata

10.¿Y si es...?

Stiles estaba junto a la camilla de Lydia, se había asustado mucho cuando su amiga se había caído de repente al suelo, después de haber estado mirando a la pared fijamente.

Melissa le había asegurado que solo sería un mareo, pero para que el chico dejase de quejarse habían instalado a la pelirroja en una habitación.

De eso hacía mas o menos media hora.

Scott había ido a verles cuando Alice había soltado por fin su mano, la chica se había agarrado a la mano del alfa en cuanto este la tendió en la camilla y los médicos la reanimaron.

Todos los chicos se habían alarmado cuando encontraron a la cazadora en el coche sin respiración, pero por suerte ahora estaba estable y dormida, después de que Stiles le contara a Melissa el líquido negro que había salido del interior de la chica, la enfermera mandó que le practicaran un lavado de estomago.

Stiles había limpiado la bolsa de plástico en la que se encontraba el papel que había salido del estomago de Alice, pero todavía no había tenido valor a leerlo.

Sabía que no podría ocultarsela mucho mas tiempo a Scott y al resto, y estaba preocupado por Peter y Derek, además de los cuerpos y el estado en el que se encontraron a Alice.

-Mmm...

La voz de Lydia sacó de sus preocupaciones a Stiles, que corrió a acercarse a la cama donde estaba postrada la pelirroja.

Ella le sonrió en cuanto se dio cuenta de quien era el y de en donde estaban.

-¿Que ha pasado?

Murmuró la chica sentándose en la cama.

-Te has desmayado.

Le explicó el al tiempo que Melissa entraba por la puerta con una sonrisa maternal al ver que Lydia había despertado.

"Esta mujer parece tener un radar"

Pensó Stiles.

-Bueno Lydia...¿Como te sientes?

Preguntó la mujer haciendo a Stiles a un lado suavemente y obligó a la chica a tumbarse de nuevo, cosa que hizo a regañadientes, mientras cogía la muñeca de Lydia para cronometrar su pulso.

-Bien

Melissa sacó su luz y la pasó por los ojos verdes de la chica, para observar sus pupilas.

También esto lo hizo a regañadientes.

Stiles le dedicó una mirada severa con sus ojos miel para que dejara a la enfermera hacer su trabajo.

Y la banshee le ignoró completamente, intentó ponerse en pie y Melissa se lo impidió de nuevo, pero esta vez dejó  que permaneciera sentada.

-Stiles le as contado a Scott todo, tenemos que contárselo.

Lydia intentó ponerse en pie de nuevo y Melissa volvió a impedírselo.

-Yo se lo contaré Lydia, ahora por favor quedate quieta por el amor de dios.

La pelirroja rodó los ojos, pero se mantuvo sentada en la cama mientras el joven Stilinski salía por la puerta y tocaba a la habitación contigua donde se encontraba la cazadora.

Al parecer la chica había vuelto a agarrar la mano del alfa y se negaba a soltarla.

Scott estaba sentado en una silla junto a la cama de Alice que dormía plácidamente, vestida con una camisón de hospital, le habían lavado la cara y recogido el pelo en una coleta y le habían vendado el dedo que había perdido la uña.

Cuando Stiles apareció por la puerta Scott alzó la mirada y intentó levantarse, pero la chica tiró de su mano y se revolvió intranquila.

El alfa le miró como diciendo: "Lo siento tío no puedo levantarme"

A lo que el humano respondió con un asentimiento, aunque sabía que podía quitársela de encima si quería.

-Scott... Hay algo que..encontramos algo en...en el bosque, cuando Alice vomitó todo ese líquido asqueroso encontramos esto.

Con manos temblorosas Stiles le tendió la bolsa  abierta con el papel en su interior sin leer.

Scott cogió el papel y lo desdobló sorprendentemente bien para haberlo hecho con una mano.

Después de leer el contenido se lo tendió a Stiles con una mirada de odio y asco.

En el papel ponía.

Voy a por ti Scott McCall y a por todos a los que amas.

Stiles no tuvo que preguntar, sabía porque Scott estaba tan enfadado.

Poco después de ingresar a Peter en Eichen, hicieron una visita para preguntarle por un tema sobrenatural que tenía que ver con la loba del desierto, y Peter muy cabreado había mandado a tomar viento a los dos adolescentes gritando aquellas mismas palabras escritas en el papel.

Por lo menos ya sabían a quien se enfrentaban.

Peter Hale

Ahora quedaba lo mas importante, ¿Que quería? ¿Por que? Y ¿Como detenerlo?

Si Peter era lo que se les venía encima, tenían un problema y de los gordos.

El mayor de los Hale nunca se había portado del todo bien con la manada, sus intenciones siempre eran difusas, el no hacía favores, hacía intercambios.

Si quería algo lo conseguía, y la ultima vez que lo vieron parecía querer matar a Scott y a todo ser viviente que estuviese a tres metros de el.

Stiles solo podía pensar en que esperaba que Derek llegara pronto, y no fuese demasiado tarde para todos.

Cuando salió de la habitación Kira y Liam estaban allí.

La asiática con aspecto dormido porque eran las 12:30 y el joven beta con unos vaqueros mal puestos que dejaban ver unos calzoncillos de súper héroes y una camiseta roja.

Stiles advirtió que le quedaba un poco pequeña, pero es que todas las camisetas de Liam parecían haberse encogido desde que se había convertido en hombre-lobo.

-¿Como están?

Preguntó Kira alzándose de la silla y poniéndose junto a Stiles, al parecer Scott había llamado a su novia y beta y les había contado lo sucedido.

-Bien...¿Alguien a llamado al señor Argent?

Preguntó el humano al no ver por allí al padre de Alice.

Las miradas de cachorrito que pusieron Kira y Liam le explicaron que efectivamente nadie había llamado al padre de la chica.

-La madre que... Le dije a Scott que lo llamara.

-Scott dijo que ella encontró el cuerpo, ¿que hay si es como Lydia? ¿Una banshee?

Propuso Liam

Stiles puso cara de cabreado porque habían pasado de el, y contestó.

-No lo creo

Para después darse la vuelta y entrar en la habitación de Lydia que intentaba ponerse en pie, solo que esta vez con consentimiento.

La enfermera le dio una pastilla para las defensas y le pidió que se lo tomara con calma.

Pero al igual que en Stiles, la calma era un estado poco habitual en Lydia.

*Ir a tomar viento, se refiere a que los rechazó, les pidió que se fueran de malas maneras, la expresión mas corriente es: Mandar a la mierda.