Retorno en plata

13.El sarcasmo de Stiles

Alice había despertado no hace mucho, con otra mano y cuerpo ocupando el lugar de Scott, solo que esta vez la persona que se encontraba allí no le ponía nerviosa.

Se trataba de su padre.

Este estaba dormido con los brazos apoyados en la cama de su hija.

La luz entraba a raudales por la ventana, el sol estaba ya alto, ocupando majestuosamente su habitual lugar, e iluminadolo todo.

Alice miró de reojo el reloj que su padre llevaba en la muñeca.

3:30 era muy tarde, había dormido casi hasta medio día.

Intentó ser silenciosa, pero no pudo evitar un gruñido cuando a moverse todos los músculos de su cuerpo se quejaron.

Joder, maldito pueblo de psicópatas.

Pensó.

Y eso que ella creía que la manada McCall estaba exagerando al preocuparse por su familia, pero efectivamente y para su mala suerte el alfa tenía razón.

Su padre se despertó inmediatamente gracias a ese instinto de padre y de cazador que llevaba en la sangre.

-Alice...

El hombre murmuró cosas preocupado y molesto, pero nada que Alice se molestara en escuchar, hasta que de los labios de su padre salió el nombre de Scott.

-¿Que?

-Que Scott se ha pasado hoy por aquí y te ha dejado esto, dice que tienes que tomarte uno cada 3 horas.

Al lado de la mesilla y en unos pequeños tubitos habían unos líquidos de colores diferentes; azúl, verde, violeta, amarillo, rojo...

Cada tubo tenía escrito un numero, del uno al 6, supuso que era el orden en que debía tomarselos.

Maldijo en silencio y con la mirada el aspecto del líquido que inundaba los tubos.

Tenía pinta de ser empalagoso, era denso, y supuso que le costaría un esfuerzo obligarse a tragar aquello.

Aun así lo hizo, su padre le pasó el tubo azul y ella lo miró con recelo mientras lo cogía con dos dedos y lo mantenía a una distancia prudente de su cuerpo.

-Alice te estas comportando como una niña

La chica Arrugó la frente molesta y preguntó a su padre en tono receloso:

-¿Quien te ha dado esto?

Lo cierto es que prefería saber de donde salía aquello antes de introducirlo en su organismo.

-No creo que lo recuerdes, pero llegaste aquí vomitando un líquido negro, te hicieron un lavado de estómago, pero un druida amigo nuestro cree que no será suficiente para eliminar todo el líquido que aún permanece en tu cuerpo.

El hombre apremió a la chica a que se llevara el tubo a la boca, y esta lo hizo muy lentamente, dejando que el líquido resbalara por la superficie del tubo sin prisa, sin estar todavía muy convencida pero confiando en el criterio de su padre.

-Mejor prevenir- apuntó el hombre empujando con los dedos el culo del tubo y haciendo que el contenido empalagoso se derramara en la boca de su hija.

Cuando el líquido llegó a su garganta Alice sintió en las papilas gustativas el sabor rancio y pastoso de algo parecido al papel mojado, se obligó a tragar y pidió agua a su padre en cuanto término de beber.

Chris le tendió la botella de agua murmurando un suave "exagerada" que para su suerte no llegó a los oídos de su hija.

-¿Cuando me puedo ir?

Preguntó Alice alzándose y moviendo los brazos entumedecidos.

(...)

Stiles seguía inusualmente feliz, teniendo en cuenta todo lo que ocurría a su alrededor, empezando por todos los cadáveres que se habían encontrado.

Ahora estaba reunido con la manada en la clínica veterinaria del druida, en la mesa de metal se encontraban fotocopias de expedientes médicos, radiografías, fotos de cuerpos y mapas con anotaciones.

Malia continuaba alejada del grupo, no comentaba nada y mandaba miradas de odio y asco de vez en cuando, Liam por otra parte estaba mas negativo que nunca, y a todo le ponía pegas, Scott trataba de mantener el orden a la vez que controlaba a su joven beta, y Lydia insistía en que aquello tenía un fin que pretendía ser muy malo.

-Vale, el primer cuerpo del bosque, el de la mano cortada. - Dijo Stiles señalando con un bolígrafo en el mapa el lugar donde el y Scott habían encontrado aquel putrefacto cadáver- resulta ser pariente de este otro-Señala la fotografía de otro cuerpo- que tiene en el estómago la mano desaparecida.

Hasta ahí todos parecen entender.

-Y luego está la chica rubia de la mano en el corazón, que coincide con la que Alice encontró, que casualmente también tiene una mano cortada y las dos son milagrosamente parientes

Explicó el humano pasándose la mano por la mejilla y emborronandosela ligeramente con tinta negra del bolígrafo.

-Si, ¿Pero que hay de las otras dos?

Replicó Liam bajo la amenazadora y ausente de paciencia mirada de su alfa.

Liam estaba empezando a sacar de sus casillas a los allí presentes.

-¿Fallos?

Se aventuró la Kitsune.

Deaton negó suavemente con la cabeza y dijo:

-Advertencias

-Tiene sentido, ahora solo hay que averiguar que es lo que quiere y para que necesita a Alice.

Dijo Scott atrayendo todas las miradas.

-¿Lydia, como era el verso que recitó el médico?

La banshee tomó aire y con una expresión en el rostro que decía que estaba harta de oír aquello recitó:

-La sangre de una virgen, un cabello de la mujer que lamenta, el papel que recoja una muestra de afecto, y la sangre de un inocente.

El druida se quedó pensando durante un momento y después se dirigió a Lydia.

-No es una casualidad que tu seas una banshee y que el poema mencione a la mujer que lamenta.

-¿Quieres decir que es por ella?

Preguntó Stiles con la preocupación asomandole en la mirada.

-¿Peter de ha puesto sentimental y le ha dedicado un poemita a Lydia?

Dijo para evitar que se notara la tensión que le corría por las venas y que iba dedicada a su amiga, aunque supo de antemano que los lobos allí presentes la habrían olido desde que el druida lo había mencionado.

-No Stiles, no parece un poema, es más como una oración...

Añadió Deaton a lo que el humano contesto, y añadiéndole sarcasmo para camuflar:

-¿Se ha convertido a una secta?

Y entonces por primera vez, y con ira en la voz la coyote habló, después de haberse instalado en un rincón de la habitación y de no haber mencionado nada, cuando el sarcasmo de Stiles ya la había puesto demasiado nerviosa dijo:

-No es un poema, es un ritual.