26.Ella muere

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Lydia se encontraba tirada sobre un viejo y sucio colchón.

Se había despertado allí después de que Peter les hubiese hecho una pequeña visita al agujero del bosque.

Peter se la había llevado de allí, justo después de que presenciara la muerte de Alice, mientras Malia la sujetaba a ella, Peter había sacado un cuchillo y había cortado la piel de Alice desde un lado de la muñeca al otro.

Ahora estaba en una habitación pequeña y poco iluminada, el grillete que antes le aprisionaba la muñeca, ahora se cernía sobre su cuello, le habían puesto una camiseta morado oscuro, para suplantar su blusa blanca, y le habían curado el corte del hombro.

Tenía el pelo sucio y enmarañado, los ojos rojos e hinchados de llorar, había llorado al ver gritar a Alice, había llorado aun mas al recordar la muerte de Allison, y había llorado todavía mas, cuando Peter le había dicho que no iba a salir viva de allí.

Echaba de menos a sus amigos, a Scott y Stiles, y a su madre.

Había intentado salir, había gritado, había pedido ayuda hasta quedarse sin voz, pero al parecer nadie la oía allí.

Escuchó como la puerta se abría, y supo lo que venía ahora, sollozó en silencio, dejando salir mas lágrimas, y esperó.

Peter iba cada hora a "hablar" con ella, llegaba allí, y le gritaba y amenazaba hasta que las ganas de matarla eran incontrolables.

A Peter le faltaba un trozo del ritual, una parte que Lydia sabía.

Aquella vez Peter entró con con su hija, y con mucha menos paciencia, Lydia lo notó en la forma de agarrarla.

El hombre-lobo tiró de la cadena de metal que enganchaba el grillete de su cuello con el suelo para inclinarla.

Lydia, con el miedo recorriendole  las venas y las mejillas empapadas en lágrimas se sentó para evitar ahogarse.

-Lydia no voy a repetirtelo mas.

Ahora al contrario que antes, la empujó para que cayera al suelo y indicó a Malia que pisara el grillete, la joven coyote hizo lo que se le pedía llorando, y obligó a Lydia a estar tumbada, para no correr el riesgo de morir ahogada.

-Por favor, no se nada.

Sollozó ella mintiendo, y mentía para salvar su vida, para salvar a sus amigos.

                                     (...)

Unas manos la sacaron de la pesadilla que la estaba atormentando.

Alice se despertó gritando y llorando, envuelta por los brazos de Liam.

Tardó un poco en darse cuenta de quien era, y de dejar de luchar contra el.

Cuando se dio cuenta de en donde estaba y con quien, abrazó al lobo y lloró contra su torso desnudo dejándose abrazar por el.

Había soñado con todos los chicos y chicas de la manada muertos frente a ella, por su culpa.

Cuando se calmó, Liam tuvo la amabilidad de preparar el desayuno y dejarla sola un rato.

Se dejó caer en la cama, suspirando, agotada, y malhumorada por el sueño que había tenido, ella no quería sentirse responsable de las vidas de sus amigos, ella quería sentirse segura.

Mientras reflexionaba en todo aquello, la alarma del teléfono de Liam sonó ella dejó que sonará unos minutos, y cuando quiso darse cuenta, había dejado de sonar.

Pensó que el lobo la había apagado, y continuó tumbada con los ojos cerrados.

Escucho el crujir del suelo, y a alguien aproximándose, y continuó sin darle importancia, tan solo abrió los ojos, cuando notó unas garras aprisionarle el cuello.

-Si gritas te corto el cuello

Definitivamente aquella persona no era Liam.

Se trataba del mayor de los Hale, Peter.

Alice lo pensó un momento, ni merecía la pena poner en riesgo a Liam, pero debía avisarle de algún modo.

El lobo fue apartando sus garras con cautela al ver que la chica no gritaba.

La trenza de Alice se había deshecho por una parte, y su pantalón de pijama se había bajado un poco, a demás se le transparentaba el sujetador bajo la camisa, estaba realmente incómoda.

-¿Que es lo que quieres?

-Que vengas conmigo.

Peter se alejó y empezó a investigar la habitación con aires de superioridad, se río de un par de fotos de Liam haciendo el tonto con Stiles, y otras de el Scott y Lydia.

-Sabes de sobra que no iré contigo, ¿Porque no me dices realmente lo que quieres?

-Quiero que me digas lo que necesito saber.

Alice estaba confundida, no solía entender las preguntas retóricas, y aunque aquello no lo fuera, sin duda la estaba liando.

-¿Que es lo que necesitas saber?

Preguntó apoyándose sobre el escritorio, y cogiendo disimuladamente un bolígrafo.

Pasó las manos de manera que su espalda las ocultara, y a tientas empezó a escribir el nombre de Peter, por si acaso.

-Es tan difícil todo, verás Alice, ellos no consiguen entender porque hago esto, yo no soy el malo.

-Porque mejor...¿llamamos a Derek y dejamos que se lo expliques todo para que podamos entenderlo?

Propuso cautelosa la cazadora.

-Debes venir conmigo Alice, yo te daré lo que mas deseas.

-¿El que?

-Te devolveré a tu hermana

Alice sintió como se le humedecían los ojos, y luchó por evitar derramar las lágrimas, notó como una daga se le clavaba en el corazón, como alguien tiraba de ella y la hundía en su pecho, y luego la retorcía, para ella pensar en Allison era como sentir aquello cada maldito segundo.

-Te lo pondré mas fácil Alice, mañana a media noche en el nemeton, o ella muere.

La mención de una posible muerte hizo que la mente de la morena se despejara completamente.

-¿Quien muere?

Preguntó temiendo la respuesta, mientras soltaba el boli y buscaba por la mesa alguna arma o algo que pudiese usar como defensa

-Eres lista como tu hermana, sabes la respuesta a eso...

Y acto seguido salió por la ventana sin aparente esfuerzo.

Retorno en plataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora