Primer martes.- Matt no es mi tipo

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Hoy me levante sintiéndome de maravilla, los rastros de enfermedad que quedaban en mi cuerpo había desaparecido. Considere festejar usando algún vestido o algo así pero preferí no tentar a mi suerte. Me vestí tan invernal como siempre, leggings, falda, suéter, botas esponjosas. Y me resigne a salir del rosado cuarto, lo había decorado yo sola, cortinas blancas, paredes rosas, colchas doradas. Estaba orgullosa de que se viera como el cuarto de una princesa, me hacía sentir un poco más adorable cada mañana.

Tenía que bajar tres pisos de escaleras para llegar al Lobby donde estaba la puerta de salida del edificio, me pregunté si Matt había decidido acompañarme hoy, después de asustarme ayer más vale que si. Fue una escena muy divertida -ayer en mi casa, por la tarde- porque en el momento solo fue bastante espeluznante.

Termine de bajar las escaleras dando saltitos, Matt si estaba allí, tenía un latte en cada mano y aún así se molestó en encontrar la forma de abrirme la puerta, salí haciendo un pequeño giro para que mi falda diera vueltas conmigo y cuando el salió le bese la mejilla y tome un latte. Me miró graciosamente y yo le saque la lengua, sabía que el latte era para mí ¿para quién más si no?

Decidí usar esta mañana de martes para hablarle de la nueva serie que estaba viendo, si podía llamársele serie, era más como una telenovela japonesa, estaba súper intensa. El solo sonreía de vez en cuando con mi intensa narración. La verdad es que él nunca decía mucho e iba por la vida con esas chaquetas que le daban cierto aspecto rudo, pero yo sabía por dentro era un encanto, a pesar de tratarme un poco mal el viernes solo hizo falta mi pequeña petición para que se levantara más temprano y empezará a caminarme al escuela cada día, estaba segura de que lo haría cada día, era la clase de niño que me daba su abrigo si tenía frío y parecía que se preocupaba por mí. No importaba si de ves en cuando me pegaba algún susto, era mejor que caminar sola por las mañanas.

Y aún así, su duro aspecto y aquello que parecía continuamente un voto de silencio me hacía saber que era más un caballero interno que un chico interesado, lo que era muy útil pues no es bueno tener interesado al chico con el que planeas caminar cada mañana, eso podría significar problemas, y el no parece la clase de problema en los que quiero meterme. No era mi tipo, así de sencillo.

Para cuando termine mi intensa narración ya habíamos llegado al escuela, tire el latte y me di la vuelta para poder observarlo un poco mientras iba a mi clase, me fui hacia la derecha diciéndole adiós con la mano.

Following herDonde viven las historias. Descúbrelo ahora