Onceavo viernes.- Flores y más flores

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El viernes considere de nuevo enviar un mensaje para no verla; igual que hice el viernes pasado; las pláticas sobre ella en los pasillos se había intensificado pero mis ganas de verla eran aún mayores.

Maldito yo, debí haber faltado a la escuela ese viernes.

Los veinte minutos de caminata a la escuela tuve que escucharla hablarme a Sam de lo confundida que estaba porque Hughes no le hubiera pedido ser su novia aún a pesar de las dos buenas semanas de citas que habían tenido hasta ahora, a pesar de que ya se tomaban de la mano en los pasillos, a pesar de que se había asegurado de no besarlo en estas dos semanas.

Ese último detalle me alivió un poco, que tonto fui, por dejar el sentimiento de alivio invadirme en vez de reaccionar y ser consciente de que el estupido de Hughes no esperaría mucho antes de atrapar a una chica así, por dios, si hasta yo llevaba un tiempo tratando de atrapar a la chica en cuestión.

Y por un instante, considere la posibilidad de detestar a Sophie, por no sentir nada por mi, por estar confundiendo a tanta gente, por no dejarme conocerla. Considere la posibilidad de detestarla y se sintió tan bien, porque mi mente era capaz de hacerla ver cómo una perra con la que me había besado y luego actuó como si nada, como una chica sin sentimientos.

Pero reaccione antes de dejar malos sentimientos invadirme, porque ella no tenía la culpa, no tenía la culpa de que yo estuviera confundido, de que pareciera que estaba jugando, quizá ni siquiera tenía la culpa de que mis besos no le importaran. Y yo tenía la culpa de dejar todo esto afectar a nuestra amistad. Quizá aquí el único culpable era yo. Pero mientras Hughes no la hiciera su novia yo no iba a rendirme.

Y seguramente el destino me estaba implorando que me rindiera, porque a la salida, después de otro día entero de escuchar susurros en los pasillos acerca de ella, a la salida presencié el momento que me indicaba que mi juego de ajedrez debía parar; que era muy tarde.

Salí por la entrada principal y vi a un montón de chicas vestidas de blanco, mirando hacia la puerta, ocultando sus brazos detrás de ellas, y decidí recargarme en un árbol a esperar una especie de bailable u obra de teatro. Rick y Freddie debieron estar esperando lo mismo, porque cuando me vieron se sentaron en el pasto a lado de mi, los tres perdiendo el tiempo mirando chicas con vestidos blancos... Rick incluso tenía una mirada divertida.

-Estoy ansioso de ver cómo va a desenvolverse esto, je escuchado a gente hablar del gran momento todo el día- dijo Rick

-¿De que hablas?- preguntó Fredd

Y vi a Rick mirarnos entre sorprendida y divertidamente.

-Supongo que es lógico que la gente evitará que ustedes se enteraran, seguro Sam o Mónica tampoco saben- Rick dijo y no tuve tiempo para pensar a que se refería porque vi los ojos de todas las chicas de vestido blanco iluminarse mirando hacia el frente, así que voltee hacia la puerta de la escuela y vi a Sophie.

Sophie iba de rosa ese día, estaba usando un adorable vestido también e iba del brazo de Sam, con Mónica del otro lado. Parecía que los tres venían riéndose de algo cuando vieron a todas estas chicas mirando hacia ellos. Sophie miró hacia la derecha donde sus ojos chocaron con los míos, vi su mirada preguntar "¿sabes que está pasando?"

Vi la intención de los tres de caminar hacia nosotros cuando todos volvemos de nuevo a las chicas con vestido, que pasaron sus brazos adelante mostrándonos a todos tantos de blancas margaritas como chicas con blancos vestidos había.

Mi cerebro todavía no podía entender lo que estaba sucediendo, que tonto fui.

Después cada una de esas chicas se hincó, como si fueran una enorme propuesta de matrimonio, y Thomas Hughes se reveló, allí había estado todo el tiempo, ocultó por la blancura de esas chicas que al inclinarse ir permitieron verlo.

Y solo al verlo empezar a caminar hacia el frente fue que algo en mi cerebro hizo click, y quizá algo en el cerebro de Freddie hizo el mismo tipo de click porque soltó una risa que sonaba incluso hipócrita y saco un cigarrillo.

Aquí estaba, junto a mis dos mejores amigos, uno de ellos mirando emocionado la escena, a punto de ver cómo la chica más especial que había conocido se me iba de las manos.

-Hughes es un gran tipo, si tuviera una hermana se la entregaría a él- escuche susurran a Rick emocionado mientras el destructor de mis esperanzas terminaba su recorrido hacia Sophie y unos emocionados Sam y Mónica; y se hincaba al igual que su blanco séquito.

Y antes de que él pudiera pronunciar palabra Sophie ya había gritado que si con una sonrisa que rompió mi corazón. Estupido corazón, la mayor parte del tiempo ni siquiera sentimos su latir y aquí estaba hoy, haciéndome sentir como si cada latido que ha dado en mi vida es en realidad una pequeña bala.

Él se paró y ella se lanzó a sus brazos, regalándole el beso que le había negado todo este tiempo.

Fredd se paró también de donde estaba, piso el cigarrillo y se dirigió al lado contrario de la amorosa escena, Rick lo miro; yo en cambio, no podía separar mis ojos de lo que estaba sucediendo frente a mi. Y cuando la escena se acabo y todos se fueron; Sam con una mirada de disculpa y Rick con una sonrisa de padre orgulloso; yo seguí ahí, repitiendo una y otra vez el momento en el que la feliz pareja se tomó de la mano y alejo de mi. Y Sophie no miró hacia atrás.

Following herDonde viven las historias. Descúbrelo ahora