Ultimo viernes

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Me levante temprano para ir con Sophie y Rick caminando al escuela, hoy era el último día que estarían en la ciudad y está mi última oportunidad para verla durante dos meses, suponía que se iría en algún punto de la tarde y aunque no sabía con precisión a que horas, sabía que puede que fuera inmediatamente saliendo y no tuviera otra oportunidad después de este momento.

Cuando baje Sam y Sophie ya estaban en el Lobby, fue raro verlos llegar antes que yo, quizá el hecho de que fuera su último día los hizo madrugar. Sophie se veía feliz contrariamente a como esperaba verla, todo el camino estuvo cantando esa canción de HSM que bailan después de que el gran reloj marca que es verano, obviamente Sam la cantaba con ella, incluso hicieron algunos pasos en el camino.

Pensé que diría algo sobre ayer, sobre cómo me ignoro y se fue a llorar a brazos de alguien que conoce menos que a mi, sobre cómo acababa de perder a alguien importante; pero quizá no le importaba tanto, ni siquiera llegaron a los dos meses. Sam tampoco dijo nada, seguramente habían hablado de ello toda la noche. Era sorprendente que no se les vieran grandes ojeras, se veían bastante bien en realidad, con el humor de quién empieza el verano y no está preocupado por darle un descanso a la ciudad del drama. Pero yo sí estaba preocupado.

No dije mucho en el camino, me limité a observarlos, me limité a observarla. La observe de verdad, su largo cabello, su alta figura, la emoción de sus ojos, la forma en que su lengua tocaba sus dientes al decir algunas palabras, todos sus ademanes. La observe de verdad. La observe con fuerza, la observe hasta que me dolió.

Tras cruzar las puertas de cristal de la escuela se volteó hacia mi y me miró a los ojos. Este era el punto donde siempre nos despedíamos, donde ella se iba hacia la derecha y yo hacía la izquierda, y en alguna ocasión llegue a pensar que eso significaba algo, que la derecha era el camino correcto, que era alguna especie de señal de que ella era lo correcto para mi. Y ahí estábamos otra vez, donde solía empezar a caminar de espaldas a mi hasta que el camino ya no se lo permitía más; y yo me quedaba allí parado viéndola hasta que no tenía más sentido.

Echo sus brazos sobre mi cuello y me abrazo lo más cerca que pudo, la rodee igualmente con mis brazos y me preocupé por un instante por lo ridiculo que seria si no fuera capaz de dejarla ir; y desee ser lo suficientemente atrevido para hacerlo, para no dejarla ir.

-Gracias por todo- susurro en mi oreja sin dejarme ir y yo la apreté más fuerte.

Solo serán dos meses, me dije cuando empezó a separarse de mi. Dos meses y estará en casa, y encontraré la manera de que estemos juntos.

Ella y Sam se fueron por su camino de siempre, y de nuevo no miro atrás, ni camino de reversa. Quizá ninguno de los dos lo habría soportado, me gusta pensar eso, que no fui yo el único que no estaba podiendo con esa despedida.

Las horas de clases fueron abrumadoras, los maestros ya no tenían nada que decir y se conseguían las excusas más tontas para mantenernos en el salón. Yo no quería mantenerme en el salón, solo quería mantenerme entre sus brazos. Alto. Eso fue lo más ridiculo que he pensado en algún tiempo, pero es verdad.

Cuando volví a mi casa contuve las ganas para tocar al departamento de Sophie y ver si ya se había ido. Habría dicho algo, al menos eso es algo que sé de ella, se va a despedir. Así que me contuve en mi departamento esperando que llamara a la puerta o timbrada mi teléfono.

Hasta las cuatro de la tarde ninguna de esas cosas sucedió, pero justo cuando me estaba rindiendo con mi plan de quedarme en el departamento escuche la bocina de un coche y al asomarme por la ventana vi que era la camioneta de Rick, que traía a Fredd en el asiento del copiloto. Y después de eso a mi puerta empezaron tocar mil veces y no necesite mirar por la mirilla para abrir y saber que era Sophie.

Following herDonde viven las historias. Descúbrelo ahora