Capítulo 42

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Cammie se miró al espejo. Su falda gris y su blusa de verde agua le hacían lucir tan sorprendente como el vendedor le había dicho que luciría —Simplemente resalta el color de sus ojos— Sólo que sus ojos lucían sin vida en ese momento. Cuando la puerta del baño se abrió, desvió su mirada del espejo… y su propia mirada acusadora… y sonrió cortésmente a la mujer que había entrado.

Una vez de regreso en el salón de baile, mientras examinaba la multitud, viendo rostros conocidos, la mayoría de los cuales sólo veía una o dos veces al año. Una profunda tristeza se apoderó de ella.

¿Qué estoy haciendo aquí?

No había escuchado una palabra de Shannon desde que había dejado su oficina. No que esperaba escucharla. Shannon le había dicho que le llamara si quería reunirse con ella. Sólo habían pasado dos días, pero le había extrañado como loca. No se había atrevido a agarrar el teléfono para llamarla. Porque honestamente, no sabía qué decirle se sentí culpable. Esperaría hasta después del fin de semana, después que este estúpido banquete hubiese terminado.

Almorzar con Joanna había sido tenso, por así decirlo. Aunque Joanna nunca mencionó a Shannon e incluso no preguntó qué estaba haciendo en la oficina de cammie, su actitud había dejado claro que le había molestado encontrar a Shannon allí. Cammie no vio ninguna razón para ofrecerle una explicación. Shannon tenía tanto derecho de estar allí como lo tenía Joanna. De hecho, aún más. Ella estaba durmiendo con Shannon, no con Joanna.

Sin embargo, allí estaba… elegantemente vestida, con Joanna como su cita, no Shannon. El completo desastre que ahora era su vida, había sido provocado por ella misma, todo porque pensaba que tenía que impresionar a sus compañeros y colegas ¿Y con qué fin? ¿Ser elegida presidente? ¿Como si eso fuese algo decisivo en su carrera? Su firma no era la más grande, pero era lo suficientemente grande para ella. Conocía la verdadera razón por la que había pensado que tenía que añadir algo a su currículum profesional. Simplemente había estado insatisfecha con su vida personal por lo que se había enfocado en su carrera… aunque ya estaba satisfecha con el rumbo que su vida profesional había tomado.

Respiró profundamente, algo que había estado haciendo mucho últimamente. Simplemente había estado aterrada esta tarde. Miró hacia su brazo, viendo la decena de diamantes que centellaban intermitentemente en su muñeca, el brazalete que Joanna había deslizado en su muñeca anteriormente.

—Sólo hay una cosa que falta— había dicho Joanna.

Cammie le había mirado interrogante.

Joanna había sacado una elegante caja negra. Cammie había estado demasiado aturdida para ofrecer una protesta.

—Eres una mujer hermosa,
Cammie. Te mereces cosas hermosas—

Y ahora estaban aquí, mezclándose con sus colegas, Joanna actuó como su novia ante la multitud como sólo ella podía hacerlo. Cammie miró a través de la multitud, encontrando a Joanna, un vestido negro muy elegante descubierto en la espalda muy hermoso. Las palabras de Joanna aún estaban frescas en su mente.

—Te ves impresionante— había dicho ella —Creo que vamos a ser la pareja más impactante del lugar—

Cammie odiaba admitirlo, pero Joanna había tenido razón. Ellas encajaban perfectamente. Pero mientras miraba sobre la multitud, su mirada viajó más allá de Joanna hacia los otros en la habitación y se sintió tan perdida y… y tan deprimida como nunca antes se había sentido.

Ese pensamiento le impactó como ningún otro. Sí, en este momento, simplemente odiaba su vida. Aquí no era donde quería estar. Estas personas no eran con quienes quería estar. Joanna no era la persona que quería como su cita.

La Luna De Media Noche (terminada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora