Capítulo 35

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Shannon secó su cabello con la toalla y luego se miró al espejo, asegurándose de que había logrado quitarse toda la pintura del rostro. No era de extrañar que los chicos no quisieran su ayuda. Terminaba con más en ella que en las paredes. Tomó su tiempo para vestirse, sabiendo que nadie más querría usar la ducha. Estaba bastante segura que era la única que se aprovechaba de la ducha de la oficina y el vestidor. Los chicos solo esperaban hasta llegar a casa para ducharse. No podía soportar la pintura seca en ella. En los días que ayudaba con la pintura, siempre se duchaba antes de salir de la oficina.
Se alegraba que uno de los equipos hubiese estado faltó de personal esta tarde. Eso le había dado la oportunidad de escapar y hacer algo más que sentarse en su escritorio y preguntarse cómo había ido el almuerzo de cammie.

Joanna Simon.

—¿Qué ve cammie en ella?— preguntó en voz alta.

Bueno, veamos… es rica, es famosa, es exitosa. Es atractiva. Y es una perra arrogante, añadió ella.
Sonrió ante su reflejo en el espejo ¿Realmente había llamado a Joanna Simon perra? —Sí, lo hice—

Sacudió su cabeza, odiando los celos que sentía. Cammie podía salir con quien quisiera. Y shannon también podía hacer lo mismo. Sólo que no quería. Ella quería… sólo quería estar con cammie.

Se quedó mirando su reflejo una vez más, encontrándose con la mirada ante ella. Sí, ¿cómo sucedió que sus habituales chicas universitarias no le interesaran más? Sólo había una respuesta: cammie.

Bueno, no le haría ningún bien esconderse aquí en la oficina. Bien podría llamar a Staci y ver si quería ir a cenar. Pero sabía a lo que eso llevaría. No, mejor compraría la cena y la llevaría a casa. Agarró su teléfono y se dirigió a la salida, pensando en llamar con antelación y pedir algo de comida mexicana. Se sorprendió al ver una llamada perdida de cammie. Vio la hora. Después del almuerzo. Susan debió haberle mencionado que había estado allí. O tal vez Joanna lo hizo. Estaba algo molesta celosa mejor dicho pero Presionó el número devolviendo la llamada, diciéndose a sí misma una vez más, que no era de su incumbencia con quien salía a almorzar cammie. No tenía lazos con cammie. Sólo estaban tanteando eso de las citas, nada más.

—shannon— respondió cammie —Tenía miedo de que no me devolvieras la llamada—

—Lo siento. Acabo de ver tu llamada ¿Qué pasa?— preguntó ella esperando sonar un poco más indiferente de lo que se sentía.

—¿Puedes… venir?—

Las cejas de shannon se dispararon. Eso, no lo esperaba —Umm, supongo ¿Todo está bien?—

—No. Nada está bien— Cammie hizo una pausa —Quiero que vengas. Necesito… quiero romper tu regla de no sexo. Si tú quieres, por supuesto—

Shannon rio en voz baja y su corazón empezó a latir a mil —Quieres decir… ¿en este momento?—

—Sí… Ahora mismo—

Maldita sea. Shannon sintió que se le aceleraba el pulso solo de pensar estar con cammie nuevamente. No sabía si era una buena idea o no ¿No deberían al menos hablar de Joanna? ¿Debería decirle a Cammie cómo se había sentido hoy al ver a Joanna? Oh, demonios, podrían hablar más tarde.

—Ya voy para allá—

No pudo resistirse y Salió corriendo de la oficina y se metió en su Jeep, alejándose antes de haberse puesto su cinturón de seguridad. Trató de obedecer las leyes de tránsito, realmente lo hizo. Lo último que quería era ser detenida por exceso
de velocidad. Eso sólo retrasaría ver a cammie… cammie y el sexo.

Se rio de como comenzó a sentir tantas cosas por cammie y el sexo. Todo había comenzado en la costa, la noche que habían visto la luna. Mantas y vino y había prometido a cammie que no habría sexo. No, eso sucedió la noche siguiente. Y la verdad era, que esa había sido la noche en que su mundo cambió.

La Luna De Media Noche (terminada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora