Capítulo 39

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Cammie se quedó mirando las flores que Susan sostenía. Por un breve momento, pensó que tal vez serían de Shannon, pero simplemente eran… demasiado. Shannon nunca haría eso.

—¿Tuviste un buen fin de semana o qué?— preguntó Susan —Esto parece un regalo de agradecimiento—

—Muy divertido. No… no he visto ni hablado con Joanna—

—Entonces supongo que tienes razón— dijo Susan —Ella no se rinde ¿Dónde te gustarían?—

Cammie señaló el aparador detrás de ella —Creo que estas son aún más grandes que las anteriores que fueron entregadas en casa la semana pasada— dijo ella.
—¿Vas a llamarla esta vez?— preguntó Susan mientras le entregaba la tarjeta.

No puedo esperar a verte. JOANNA.

—Tomando en cuenta que vamos a salir la noche del sábado… supongo que debería— sostuvo la tarjeta —¿No te parece extraño? No me llama ni hace ningún intento de verme. Sin embargo, me ha enviado flores dos veces—

—Tal vez te está dando algo de espacio—

Cammie negó con su cabeza —Una cosa que he aprendido de Joanna, es que ella sólo se preocupa de sí misma. Estoy segura que ni siquiera le perturbó el hecho de que le dijera que no saldría con ella. Está acostumbrada a conseguir lo que sea y a quien ella quiera—
arrojó la tarjeta sobre su escritorio.
—Mi conjetura es que está haciendo que su secretaria las envié—

—Bueno, son bonitas, tengo que decirlo—

La mirada de cammie aterrizó en ellas. Sí, lo eran. Hermosas, de hecho. Aunque solo eran flores y nada más. No evocaban en ella sentimientos románticos en absoluto. Y tan pronto como el maldito banquete de CPA terminara, le diría a Joanna en términos inequívocos que no saldría de ninguna manera con ella. No perdió de vista el hecho de que estaba usando a Joanna para su propia conveniencia. Eso le hizo sentir una punzada de culpa, pero la alejó rápidamente. Joanna le estaba buscando por sus propios intereses y cammie estaba haciendo lo
mismo. Joanna era, bien sea que cammie lo admitiera o no, bastante poderosa en la comunidad empresarial. Su nombre y rostro eran reconocidos. Y si otros… como ella… pensaba que el bufete de abogados de Joanna no hacía otra cosa más que aprovecharse de las compañías de seguros, eso no era relevante. Todo el mundo sabía que Joanna tenía un puñado de clientes empresariales exitosos, no sólo las hordas de víctimas de accidentes con la esperanza de sacar provecho.

Y también estoy buscando sacarle provecho a eso, pensó ella. Ser presidente de su organización profesional sin duda atraería nuevos clientes. De hecho, a la misma Joanna podría traerle nuevos clientes. Pero cammie no quería jugar ese juego. Si era elegida presidente, bien. Si no, no iba a perder el sueño por eso.

Un golpe rápido a su puerta le trajo de regreso y se dio la vuelta, encontrándose a Shannon allí de pie. Ella sonrió ante la camisa de Shannon que decía —Cuida a Austin—

—Hey—

—Hey—

—¿Interrumpo?—

Cammie se puso de pie —De ninguna manera. Pasa—

La sonrisa de Shannon se desvaneció cuando su mirada fue atraída por el gran ramo de flores. Fue entonces cuando cammie notó la rosa solitaria que Shannon sostenía.

—Maldita sea ¿Te envió más flores?—

Cammie se acercó a ella agarrando la rosa. Se la llevó a la nariz, inhalando la fragancia.
—Es hermosa. Gracias—

Shannon señaló hacia el ramo —No… eso es hermoso—

—No. eso es excesivo— sostuvo la rosa en alto —Esta me gusta muchísimo más—

La Luna De Media Noche (terminada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora