Él pensaba que ella era sólo una niña, demasiado inmadura como para entender los hechos de la vida.
Amanda se movió despacio lejos de Harry después de la reacción inicial al toque del otro hombre. El dolor había sido...horrendo. Cada nervio en su cuerpo había gritado de agonía, rechazando el contacto, sin importar lo atento que fuese.
Moviéndose por la sala de estar, se frotó los brazos despacio, concentrándose en sólo respirar, permitiendo que la información que había oído se procesase en su cabeza. Ella no era una estúpida, y no era una niña. Había logrado entender cada palabra de lo que había oído. Y por casualidad había oído mucho. Demasiado.
¾No pensaba llamarte animal después de... ¾Ella agitó su mano cuando se volvió atrás para hacerle frente¾. Estaba conmocionada.
¾Sí, lo hacías. ¾Él encogió sus amplios hombros mientras rechazaba aceptar la disculpa¾. Te he observado un tiempo, Srta. Marion. Durante varias semanas, de hecho. Mi impresión de ti es que más o menos dices lo que quieres decir.
¾¿Vigilarme te permite formarte una base para tus opiniones? ¾le preguntó ella con curiosidad, intentando calmar su cólera por su arrogancia.
¾En la mayor parte de los casos ¾asintió él con la cabeza bruscamente antes de moverse por delante de ella hacia la cocina¾. Prepararé el desayuno y entonces podrás dormir. Estaremos aquí un rato, entonces adivino que seremos bombardeados por Callan y las mujeres de Taber así como por sus hermanas. Una condenada fiesta de bienvenida, supongo.
Ella se dio la vuelta cuando él entró en la cocina. La media pared entre los dos cuartos le permitía una vista clara de lo que hacía. Moviéndose con el pecho desnudo mientras sus músculos ondulaban.
No podía llamarlo exactamente hermoso, aunque fuera definitivamente único. Al menos de seis pies y dos pulgadas de alto, delgado y musculoso. Si había un gramo de grasa en aquel cuerpo, no lo había encontrado. Y sus manos habían estado en sitios en los que no deberían estar.
Su maldito grueso pelo negro caía sobre sus hombros, y cuando él se dio la vuelta hacia ella, los rasgos duros y bien definidos de su cara sostuvieron su mirada fija. Él simplemente la hipnotizaba. No era hermoso, se aseguró. Pero su nariz aguda y cejas bien arqueadas sobre ojos negros y profundos definitivamente valían la pena de mirar. Y sus labios.
Ella realmente no quería mirar sus labios. Pero lo hizo. Le hacían la boca agua ante el pensamiento del placer que había obtenido allí.
¾Oí lo que dijeron ellos ¾dijo ella¾. Sobre el acoplamiento.
Él no hizo una pausa, su expresión nunca cambiaba.
¾Bien, lo supongo ¾dijo finalmente él mirando hacia ella.
¾Esto no funcionará ¾le dijo ella¾. No podemos dejar que suceda, tú sabes que no podemos.
Ella no podía imaginar ser atada a este hombre de ese modo. Si pensaba que su hermano era duro, entonces Harry era puro acero.
¾Si tú puedes soportarlo, entonces yo también. ¾Su voz no se elevó; no bajó. Ella lo había visto furioso, lo había oído enfurecido, lleno de lujuria y burla clara sólo en las pocas horas en que había estado con él. Esto la confundió.
¾Harry... ¾Ella lamió sus labios nerviosamente¾. No sé ni tu apellido.
¾No tengo ninguno. ¾Él se apartó lejos de ella, doblándose por la cintura arrastró un sartén de teflón del armario.
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Alma profunda (H.S)
FantasyLa madre naturaleza tiene una manera de hacer "adecuadas" las parejas más inverosímiles. ¿Y qué podría ser más inverosímil que la descarada e independiente hija del Presidente que no sabe cuándo mantener la boca cerrada y un solitario de la casta de...