-¿Amanda?-Harry se apartó de ella lentamente, desalojando su miembro de los límites apretados de su sexo, un gesto del placer retorció su cara cuando su carne continuó succionando en él hasta que estuvo libre.
Ella lloraba. Que Dios le ayudase, ¿qué le había sucedido? Él no había oído hablar de algo tan extraño como esto, el lado animal de su naturaleza revelándose de este modo. Su mano temblaba mientras acariciaba y ponía la larga longitud de su pelo detrás de su cuello, la culpabilidad manchaba su alma por la marca que ahora estropeaba la carne de su hombro y su cuello.
Él la había mordido. Despiadadamente, sin conciencia, había hundido los colmillos curvados en su carne y la había sostenido mientras el hinchado nudo que lo trabó en su interior mantenía su miembro en la boca de su matriz, derramándose su semen a borbotones profunda y duramente dentro del apretado canal.
Ella se crispó a su lado, arrastrando la manta con ella mientras su respiración dificultosa era llorosa.
¾Estoy bien. ¾Era obvio que ella intentaba ser valiente, intentando luchar más allá de la sorpresa y del miedo de que podía oler emanando de ella. Ella estaba confusa, arrojada en algo en lo cual incluso él no podía encontrar el suficiente sentido como para ayudarla.
Ella había sido una virgen, sin tocar, tan sensual y naturalmente erótica que le había robado la respiración con cada toque, cada caricia que había pedido tan dulcemente. Y él le había hecho esto, trabándose en su interior como el animal que aullaba apenas bajo de la superficie.
¾Esto nunca me había sucedido. ¾Él pasó sus dedos a través de su pelo arrodillándose al lado de ella, frunciendo el ceño por los estremecimientos que atormentaban su cuerpo—. Amanda. Eso nunca me había sucedido antes.
-Sí, vale. No me había sucedido a mí tampoco ¾respondió ella llorosa¾. Dios, apenas sale. Necesito pensar. Necesito..- Un sollozo se agazapó en su garganta, el olor de sus lágrimas se clavaba en su corazón.
Él inhaló en una respiración dura, profunda.
¾Sé que estás asustada. ¾Él luchó para evitar tocarla, para evitar tomarla otra vez¾. Lo arreglaremos. De alguna manera.
¾¿Cómo? —Ella se giró de nuevo hacia él, sus ojos ardían, brillantes por las lágrimas¾. ¿Qué infiernos está mal en mí? Ésta no soy yo y no es mi cuerpo. ¿Qué me hiciste?
Él podía oír ahora la rabia acumulándose en su voz, y podía oler el hambre. Su boca se secaba por el olor de la lujuria femenina, cuando su lengua se apretó, sintiendo como se hinchaba imposiblemente dentro de su boca de nuevo. Había hecho eso antes, cuando su boca cubrió la suya para evitarle gritar. Y entonces había sumergido en su boca el gusto... El sabor había sido indescriptible.
¾No lo sé. Pero fuera lo que fuera fue mutuo, Amanda. —Él deseó gruñir las palabras como defensa, pero logró mantener su voz suave y su tono calmado.
¾¿Lo fue? ¾Ella se movió lentamente, incorporándose, tirando de sus piernas cerca de su cuerpo mientras que lo miraba fijamente con furia¾ ¿Nada de esto te parece ni un poco singular? Esto no es natural.
¾Ya lo dijiste antes. ¾Él reprimió la cólera por esa sola palabra, "animal".
¾¿Me drogaste? ¾Ella sacudió la cabeza con confusión¾. El individuo que me aferró me golpeó, lo se. ¿Me drogó él?
Ella buscaba desesperadamente una excusa. Una que él no podía darle.
¾No había drogas. ¾Él buscó en la esquina del jeep sus pantalones vaqueros¾. Fue la primera cosa que comprobé. Lo que sucedió fue natural.
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Alma profunda (H.S)
FantasyLa madre naturaleza tiene una manera de hacer "adecuadas" las parejas más inverosímiles. ¿Y qué podría ser más inverosímil que la descarada e independiente hija del Presidente que no sabe cuándo mantener la boca cerrada y un solitario de la casta de...