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            Él tenía la intención de escaparse al bosque, de encontrar el tiempo que necesitaba todavía para apaciguar a los demonios que rabiaban dentro de él. Y él lo haría, si el teléfono móvil que llevaba en un lado no hubiera vibrado con insistencia.

Gruñendo, lo sacó de su cinturón y tiró para abrirlo.

-¿Qué?

-Ven a la casa, Harry. Ahora. - La voz de Dash era baja, imperativa.

Harry no se molestó en contestar, sólo se dio la vuelta y corrió a velocidad suicida por la montaña. La genética alterada y su propia conciencia atlética le dieron la velocidad y la resistencia que necesitaba para llegar a la casa principal, donde Dash esperaba en la puerta.

¾Escúchame. ¾Empujó a Harry contra la pared de entrada antes de que él pudiera correr por el pasillo a la entrada del Laboratorio. Ella está llena de dolor, Harry. Y es malo. Pero tiene que terminar con esto. Lo que pasa ahora mismo es demasiado importante para pararlo.

Dash estaba pálido, sus ojos azules estaban oscuros de preocupación y triste conocimiento.

¾Joder, ¿qué le están haciendo? ¾Luchó contra la presa del otro hombre, y se habría liberado si tanto Callan como Kane no le hubiesen prestado su fuerza para retenerlo.

¾Os mataré a todos ¾gruñó entonces.

¾Y serás bienvenido a hacerlo amigo mío. Más tarde. ¾Dash se echó hacia atrás¾. Pero ahora mismo debes ayudar a tu compañera a hacer lo que necesita, y ella te necesita. No podemos tocarla, Merinus o Elizabeth no pueden tampoco. Tienes que sostenerla, Harry. Ella no puede hacerlo sola.

¾Estás loco. ¾Él podía oírla ahora. Los gritos...

¾¡Demonios, suéltame!

¾Harry, escúchame. Ellos han encontrado algo, en su interior. ¾Dash lo sacudió furiosamente, sus propios ojos ardían¾. Ella está en plena ovulación con el esperma que intenta fertilizarla. Esto es importante, Harry. Por Dios, para todos nosotros, la liberación de una hormona en su matriz, que hasta ahora nunca ha sido descubierta, Harry, y en tales pequeñas cantidades que Serena Grace necesita tiempo para reunir las suficientes muestras de las hormonas que recorren su matriz mientras Martins sigue la ovulación. Escúchame... ¾Dash gritaba, enfurecido, sus ojos estaban furiosos, desesperados¾. Por todos nosotros, Harry. Tu compañera sufre por todos nosotros, para ayudarnos.

¾Harry... ¾Él podía oírla gritar su nombre, su voz fue un latigazo de agonía cuando este penetró en la construcción concienzuda de los Laboratorios.

¾Harry. Por nuestras especies. Por todos nosotros. Si pudiéramos hacer algo, cualquier cosa para hacer esto más fácil a nuestras compañeras, entonces el mundo lo aceptaría cuando lo averiguasen. Andamos sobre una cuerda floja entre la vida y la temporada de caza. Ayúdanos.

Él gruñó furiosamente, volviendo su cabeza contra la pared cuando su grito se repitió a su alrededor otra vez.

¾Déjame ir con ella.

Una oleada de furia lo hizo apartarse de sus asimientos cuando él se precipitó a la puerta de acero abierta al final de vestíbulo. Él llegó a la escalera a la carrera, bajando los escalones cinco y seis a la vez hasta que él saltó al suelo de acero y se precipito en el laboratorio principal.

Parecía una escena de pesadilla.

Amanda estaba retenida en una silla ginecológica, tenía sus piernas atadas con correa a los estribos, sus brazos y manos retenidas en los lados. Entre sus muslos extendidos, la doctora Grace trabajaba despacio mientras el doctor Martins miraba un monitor atado a la cámara que estaba obviamente en la boca de la matriz de Amanda.

Alma profunda (H.S)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora