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miércoles



Darleen's POV:


"Mamá.", grité alargando la última sílaba. No recibí respuesta alguna.


Bufé sintiéndome molesta. Siempre era lo mismo con mi madre. No tenía ninguna responsabilidad en la casa, yo me encargaba de la comida, la limpieza y de administrar el poco dinero que teníamos. Lo único que le pedía era que me tuviera la ropa limpia para quitarme ese peso de encima pero ni siquiera eso podía hacer. La mayoría de mi ropa interior y calcetines blancos habían terminado siendo de color rosado por culpa de que no sabía organizar los colores. No me quejaba de eso, mi solución había sido comprar ropa interior oscura pero justo ahora se me había hecho tarde para la escuela de nuevo y no podía encontrar ningunos jeans limpios.


Seguramente ni siquiera había llegado a casa la noche anterior.


Tenía el cabello recogido en una coleta, mis pecas estaban cubiertas y había decidido ponerme mi playera favorita de The Killers. Solo necesitaba los jeans. Definitivamente ir en short no era una opción, no soportaba la mirada de los pervertidos en la calle. Ni siquiera había mucho que ver ahí abajo pero los hombres seguirán siendo unos cerdos.


Salí de la habitación con mi trasero siendo solo cubierto por mi ropa interior negra y me dirigí a la lavandería en el primer piso. Entré y suspire aliviada al descubrir que no se había olvidado de lavar la ropa, solo había sido demasiado holgazán para llevarla a mi habitación. Tome mis jeans oscuros y camine hacia las escaleras.


"Buenos días, Leen.", la voz de Chuck me hizo estremecerme. Giré mi rostro y lo vi sentado de nuevo sobre nuestro sofá. "Muy buenos, diría yo.", vi como bajaba su mirada por todo mi cuerpo y recordé que tenia las piernas al descubierto. Rápido me cubrí como pude con los jeans.


Iba a preguntarle que estaba haciendo ahí pero después recordé que ahora vivía con nosotros.


"¿Donde esta mamá?", pregunté firmemente.


"Sigue dormida. Será mejor que no la molestemos.", respondió con una sonrisa en el rostro.


No le dije nada más y subí las escaleras a toda prisa. No me sentía apenada por que me hubiera visto así, me sentía asqueada. Todo él me daba asco.


Cerré la puerta y después me recargue sobre ella.


Estúpida, estúpida, estúpida. Ojalá algún día dejes de ser tan estúpida Darleen.


De solo recordar su mirada me daban ganas de darme una ducha de nuevo pero ya no tenía tiempo. Metí mis gruesas piernas en los jeans y con un poco de dificultad los abroche. Me puse los vans también. Estaba subiendo de peso, ¿como alguien que apenas comía podía estar así de gorda?


Tomé mi mochila y me asegure de que mi celular, mi cargador y mis audífonos estuvieran adentro. La colgué sobre mi espalda y salí de mi habitación. Para mi buena suerte cuando baje las escaleras ya no vi a Chuck por ningún lado. Guarde silencio para cerciorarme de que ya no estuviera en la casa pero por el contrario escuché un sonido proveniente del piso de arriba.


Si, eran los resortes de la cama de mi madre.


Si, estaban cogiendo como si yo no estuviera ahí.


Mi estómago se revolvió de solo pensarlo y mejor me adentre en la cocina. Caminé hacia el refrigerador y abrí la puerta de este. Estaba vacío. Completamente vacío.


girls talk boys » 5sosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora