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what a blur

Darleen's POV:

"¿Estas lista?", preguntó Michael mientras asomaba su cabeza dentro de la habitación.

Ni siquiera me moleste en responder su pregunta, estaba muy ocupada tratando de cepillar mi cabello.

Increíblemente era más difícil para mí cepillarlo cuando estaba un poco húmedo que cuando estaba totalmente seco, aunque de todas formas era un martirio.

Mire a Michael y deje caer mis hombros mientras soltaba un suspiro, era inútil seguir intentando. El parecía bastante divertido por la escena que estaba presenciando, no sabía que le encontraba de gracioso a una chica que no podía cepillar su enredado cabello.

''Te ayudo.'', soltó una risita y camino hacia donde yo me encontraba. Tomo el cepillo de donde yo lo había dejado anteriormente, saque la liga sujetadora de mi muñeca y se la pase. ''Date la vuelta.'', lo obedecí y subí mis piernas a la cama, flexionándolas y girándome para estar de espaldas a él.

Antes de que comenzara a peinarme me tome la libertad de recargar mi espalda sobre su blando abdomen y mi cabeza sobre su igualmente acolchonado pecho. Sentía una repentina necesidad de tocarlo, de la manera que fuera posible siempre y cuando nuestros cuerpos estuvieran en contacto.

Tire un poco mi cabeza hacia atrás de manera que lo único que veía era su mentón cubierto por la barba que recién crecía. No pasó mucho para que Michael bajara su mirada hacia mí y una segunda barbilla se formara detrás de la otra.

Sacudí mi cabeza de un lado al otro haciendo que mis rizos hicieran cosquillas sobre la parte de su pecho que su camisa mal cortada dejaba al descubierto de la misma manera que su ronca risa hacia cosquillas en mi corazón.

Sentí un escalofrió recorrerme el cuerpo entero cuando su mirada se cruzó con la mía. Me quede congelada dedicándome única y exclusivamente a apreciar cada centímetro de su rostro. Incluso de cabeza lucia inexplicablemente hermoso.

Reí para mis adentros mientras pensaba en lo agradecida y feliz que me sentía cada que estaba cerca de él. Ni siquiera tenía que hacer alguna cosa, con su presencia era suficiente para darme ese cálido sentimiento que sentía cuando él estaba conmigo.

Sentí sus manos acariciando la piel de mis mejillas con delicadeza, me miraba como si fuera algo invaluable que tuviera miedo de romper y eso de una extraña manera me hacía sentir especial. La gente todo el tiempo estaba dándome malas miradas y diciéndome en lo que me había equivocado que por lo general era todo. ''Eres incluso más preciosa de cabeza, como alguna especie de cuadro abstracto.'', una sonrisa se pintó en su rostro y al instante sentí mis mejillas arder. No tenía mucha experiencia con halagos de ese tipo y por lo tanto no sabía cómo responder a ellos.

Me sentía un poco abrumada así que decidí apartar la mirada del verde de sus ojos y dirigirla al frente de nuevo. De todas maneras era lo correcto, si pasaba un segundo más mirándolo y escuchando todas las cosas bonitas que me decía era probable que lo tomara entre mis brazos y no lo soltara en el resto del día, lo cual no era muy bueno porque probablemente todos nos esperaban en casa de Kia.

Me quede en silencio mirando la ventana, los rayos del sol alcanzaban a acariciar hasta mis rodillas contrastando con el frió que daba estar en la sombra. Los dedos de Michael empezaron a pasarse entre mis rizos, trataba de concentrar todos y cada uno de ellos en la parte alta de mi cabeza. Paso el cepillo un par de veces para tratar de quitar cualquier imperfección que pudiera quedar. La cosa con el cabello enrulado es que no existe la perfección, por más cerca que llegues a ella jamás conseguirás domar a todos y cada uno de los pequeños cabellos que luchan por escapar. Aun así parecía que sabía lo que hacía, la mayoría de los chicos no saben ni cómo usar un cepillo para otra cosa que no sea levantar sus flequillos.