Cara de Niña

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-Así que lo que se te ocurrió para poder salir juntos fue que me pusiera un vestido - dijo Alex mientras recordaba aquel incidente en el centro comercial.

-Bueno, sí- Respondió Saúl- pero no fue lo primero en lo que pensé, antes busqué un sitio donde no nos juzgaran y pudiéramos pasar tranquilos. Lo que encontré fue un grupo de apoyo para el adolecente gay, pero no creo que quieras pasar el fin de semana escuchando charlas de aceptación y motivación. También me enteré de unas discotecas de ambiente, pero no dejan entrar a menores de edad, aparte que a ti no te gusta bailar. Alex se quedó callado, a Saúl le pareció que estaba meditando sobre este asunto, era tiempo de presionar un poco más. -Y el otro día estaba viendo en la tele una película en la que un detective se hacia pasar por mujer para resolver un caso, el no parecía una mujer y la película era pésima, pero me dejó pensando, ese no parecía para nada una mujer pero tu…

-Pues sabes que ya puedes irte olvidando de eso, por que yo no me pienso poner un vestido nunca -Había algo en su tono de voz que no parecía tan convencido como antes, definitivamente era tiempo de presionar.

Comenzó a rodear a Alex con sus brazos, le dio un pequeño beso en la mejilla. -Lo del vestido solo sería para poder pasear juntos, para tener un día como cualquier pareja de enamorados, yo no te trataría como a una chica, seguirías siendo mi novio –Su boca buscó el cuello de Alex dándole un ligero mordisco -¿Vamos, que dices?

-Yo, yo…-La alarma de su celular sonó recordándole la hora, se separó de Saúl y sacó el aparato del bolsillo de su pantalón para confirmarlo, 5:30 P.M. - Tengo que irme ya.

-Pero, pero…

-Mira, me gustaría salir contigo, pero no creo que funcione, nos vemos mañana –Se puso de puntillas para darle un beso de despedida en la mejilla, agarro su mochila y salió del cuarto.

-Solo piénsalo –Es lo único que alcanzó a decir Saúl.

Caminando por la calle, Alex intentaba olvidar el asunto, pero no podía. Era cierto que del grupo de amigos, el era el único que no se había desarrollado, a partir de los doce sus amigos comenzaron a cambiar a volverse mas varoniles y el apenas había crecido, pero no por eso podían decir que parecía una chica. Quince minutos después se encontraba frente a la puerta de su casa.

-Ya llegué –Grito al entrar- La bendición mamá.

-Dios te bendiga, mijo –Se oyó desde la cocina- ¿Ya hiciste los deberes?

-Sí, los hice en la casa de Saúl. Me voy a mi cuarto para jugar con la compu un rato.

-Báñate primero, ya te llamo cuando este la comida.

-Bueno -Estaba por subir las escaleras cuando sintió que lo estaban ahorcando, era Andrés, su hermano mayor, el principal motivo por el cual había tenido que aprender a defenderse.

-Hola, cara de niña- Le dijo mientras comenzaba a darle de coscorrones.

-Vos carehuevo- Logró darle un codazo en el estomago, le dio un pisotón en el pie, logró zafarse y salió corriendo escaleras arriba, algo más dijo Andrés, pero no le dio importancia.

Andrés le había dicho "cara de niña",  ¿eso era cierto? Miró su imagen en el espejo que estaba al final del pasillo, era la imagen de un chico delgado y de facciones finas, pero ¿"cara de niña"? No… ¿O si?

Siguió por el pasillo y pasó frente al cuarto de su hermana Verónica, que estaba chateando en su notebook, llevaba puestos los audífonos a alto volumen, a pesar de la distancia se podía oír el último éxito de Don Román, ella notó que su molesto hermano menor la estaba mirando con una cara rara.

-¿Qué es lo que quieres, Alex?

Alex y SaulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora