Maquillando A Mi Hermano

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Alex se miró en el espejo, Verónica se había esforzado por no poner colores muy fuertes, todo el maquillaje era muy sutil y sin embargo se podía apreciar un gran cambio en su rostro.

-Lo siento ñaño, pero sí tienes cara de niña –Oyó un resignado suspiro salir de Alex.

Había sido divertido maquillar a su hermano, pero ya se había acabado y ella pensaba seguir con sus cosas, de no ser por que noto una marca en el cuello de él.

-¿Qué es eso en tu cuello? –Ella lo toco ahí donde estaba esa manchita.

-¿Qué cosa? –Alex busco en el espejo lo que su hermana estaba señalando, una pequeña marca rojiza, la culpable, probablemente, era la ligera y cariñosa mordida de Saúl –Seguro que fue cuando el Andrés me ahorcó cuando llegué –Trato de justificarse, Andrés ya antes le había hecho moretones.

-Mmmmhhh –Verónica tuvo una sospecha, pensaba en como preguntárselo a Alex sin que se molestara, el solía reaccionar mal cuando se metían con él, había oído rumores de que le había roto la nariz a uno porque lo había empujado sin querer, pero no iba a pegarle a su hermana ¿verdad?

Alex se estaba limpiando la cara con una toallita húmeda

–Oye… ñañito… estas… ¿Estas saliendo del closet?

-Sí, pero por favor no se lo digas a nadie, todavía no –Alex pensó que su hermana saldría corriendo a decírselo a sus padres, su relación con ella siempre había sido como una constante pelea ¿Por qué había dicho que sí?

Verónica lo abrazó efusivamente, no era precisamente una hermana, pero creía que se le parecía mucho. No le dejó salir de la habitación tenía mucho que preguntarle, cosas como: cuando se había dado cuenta, que clase de chicos le gustaban, si ya tenía novio y si ya lo habían hecho.

Era lógico que su novio fuera Saúl, los dos siempre estaban juntos, y hacían una linda pareja.

A Alex le pareció raro tanto afecto de pronto, pero trato de contestar a las preguntas lo mejor que pudo, ella estaba feliz de oír lo que tenía que decir, hasta que llegó a la parte en la que Saúl le pidió que se pusiera un vestido para que salieran al centro comercial.

-Tu, hermanito vas a ir a esa cita.

-¿Qué? –Miro en los ojos de hermana un brillo extraño y en su boca una sonrisa difícil de  catalogar. Sintió un escalofrío cruzar su espalda.

-Yo me encargo de que ese día luzcas como toda una señorita.

Alex y SaulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora