Hola

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-Hola –dijo Saúl cuando vio que la chica era en verdad Alex, tuvo que examinarla bien durante un par de minutos.

Llevaba una blusa color crema que tenía el cuello amplio que casi dejaba al descubierto los hombros, se podía ver las tiras de un sostén blanco, las mangas eran cortas, Saúl no podía decir si Alex estaba usando un cinturón o era un adorno de la blusa, la falda era negra plisada y llegaba hasta un poco mas arriba de las rodillas, sus piernas tenían un cierto brillo producido por la medias nylon, usaba unas sandalias que se abrochaban en los tobillos, tenían unos tacos de cinco centímetros. Alex no parecía un chico de catorce años sino una chica de dieciséis.

-Es peluca –dijo Verónica cuando Saúl extendió su mano para tocar el cabello de Alex quien seguía sin decir palabra y mirando al piso- Si vieras el trabajo que me dio para peinarla, yo quería hacerle algo bonito, pero ella necia, ningún peinado le parecía bien y a la final le tuve que dejar en trenzas por que no me había dado cuenta de la hora. ¿Te gusta su maquillaje? Lo hizo ella solita.

Así que se había maquillado sin ayuda, quería verle el rostro pero  seguía bajando la cabeza, así que Saúl puso la mano en el mentón de Alex y gentilmente logró hacer que sus miradas por fin se encontrarán, sus parpados tenían un tono celeste, sus labios eran de un rosado muy leve y sus mejillas parecían sonrojadas, aunque esto último podía no ser por el maquillaje.

-No esta mal para ser la primera vez que lo hace sin ayuda –dijo Verónica mientras les tomaba una foto con su celular- ya le enseñaré a hacerlo mejor. Pero ya digan algo no se van a pasar solo mirándose  así todo el día.

-Estas… -Comenzó Saúl pero fue interrumpido por Alex.

-Dónde te atrevas a decir guapa, bonita, preciosa o algo parecido te mato.

-…Lindo.

-Dile linda, por que todo este día va a ser una señorita y si alguien te oye tratarle como a un chico seguro que le descubren, no querrán eso ¿verdad?

-Tu hermana tiene razón –acotó Saúl, Alex no pudo decir nada, le daba verdadero miedo que alguien le reconociera y se lo contara a los demás, especialmente a sus padres.

-¿Y cuál es el plan? –preguntó Verónica.

-Pues, nos vamos al cine, luego a comer algo y de ahí a los videojuegos –contestó Saúl.

-Mmmm, lo del cine y comer esta bien pero lo de los video juegos no me convence, mmmm, ya, por acá cerca hay una disco que tiene matiné para jóvenes hasta cinco de la tarde, podrían ir a bailar pegaditos, seguro que lo disfrutan más que estar en los videojuegos.

-Yo no bailo – dijo Alex.

-Bueno, era solo una sugerencia –Verónica miró su reloj- yo tengo mi propia cita así que me voy.

-¿Te vas? –Alex puso cara de miedo.

-Claro que sí, no creerás que voy a quedarme a cargar el arpa, cuando acabe su cita me llamas para traerte tu ropa de chico, eso sí no me llames antes de las seis de la tarde.

Se acerco a los enamorados y les tomó de las manos

-Espero que les vaya bien y disfruten de este día –Habló dirigiéndose a Saúl- Alex se encuentra con muchos nervios, trátale con cariño –Ahora se dirigió a Alex- entre más pronto te calmes mejor lo pasarás –separó sus manos dejando las de Alex y Saúl juntas- Chao.

Alex y SaulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora