Saúl preparaba la comida para sus padres, era una de las tareas que le habían impuesto si quería recibir una mesada, pero a diferencia de otras cosas como lavar las ventanas o quitar las hiervas, él disfrutaba cocinar, aunque propiamente no era cocinar, su padre dejaba preparando todo en la mañana y Saúl solo tenía que poner las cosas en la olla y vigilar que no se quemara, pero además solía probar diferentes especias y algunas veces hacia platos diferentes a los que se suponía tenía que hacer.
Oyó que las puertas del parqueadero se abrían y fue a la entrada a esperar que sus padres entraran.
-La bendición mamá, la bendición papá.
-Hola mijo –Respondieron sus padres casi al unísono.
-¿Ya esta la comida? –Preguntó su papá.
-Ya mismo –Respondió Saúl
-¿Pasó alguna cosa? –Dijo mamá, era una pregunta estándar a la que Saúl siempre respondía con un “todo bien” pero esta vez no.
-Pues sí, tengo a alguien especial y le pedí que fuera mi pareja –Su madre esbozaba una sonrisa y su padre parecía un tanto extrañado.
-¿Y ya tendrás edad para estar pensando en novias? –Su papá le decía con un tono medio en broma, medio en serio
-Ay, mijo ya tiene novia –Dijo emocionada mientras una lagrimita empezaba a rodar por su mejilla- Cuando nos la presentas –. Comenzó a pellizcarle las mejilla.
-Ustedes ya le conocen y no es…
-¿Ya le conocemos? ¿Quién es? ¿Una de tus compañeras del colegio, una vecina? Ojalá sea Daniela la hija de la Inés, ella es tan linda –Mamá estaba en una nube de la que nadie podía bajarle.
-No, no es Daniela.
-Entonces ¿quien es mi yerna? -Preguntó papá que también sentía curiosidad.
-Es un chico.
-¿Un qué? –Su madre abrió los ojos y quedó un poco pálida, su padre no dijo nada.
-El me gustó, y le pedí que fuéramos novios y dijo que sí.
-Ah… bueno, supongo que eso esta bien… creo –La voz de mamá titubeaba, se hizo un silencio un tanto incómodo por algo más de un minuto.
-Hijo, no estarás experimentando, tal vez es sólo curiosidad –Dijo su papá finalmente.
-No, yo de verdad le quiero.
-Estas seguro –Acotó mamá.
-Sí, estoy seguro.
-Bueno… no podemos hacer nada mas –Trataba sonreír pero lo que tenía era una mueca extraña.
-¿Eres el “hombre” de esta relación? –A Saúl le pareció extraña la pregunta de su padre porque tanto él como Alex eran hombres, pensó que lo mejor era decir que sí –Bien, entonces no tengo problemas.
-Es Alex, ¿verdad?
-Sí mamá, es Alex, ¿Qué te parece?
-Es lindo, casi parece una chica.
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Alex y Saul
Short StoryAlex y Saul son amigos desde la infancia, pero ahora su amistad evoluciona hacia algo más.