Capítulo XVII

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Deje el esmoquin sobre la cama se afloja un poco la corbata, pasa su mano por su cabello despeinándolo hace 15 minutos habían sepultado a Elizabeth, aquella chica que conoció de una manera diferente era obra del destino.

Siempre había creído en el destino nadie conoce alguien por casualidad, su destino estaba descrito tenía que conocerla a ella y a Ángel respira, aun no sabe cómo le dirá a sus padres que él se quedara con el bebé.

Respira, pasa su mano por su nuca nervioso sale de su habitación camina hasta las escaleras, en busca de sus padres y hermano necesita decirles lo que está planeando hacer.

Escucha voces en la sala eran sus padres y su hermano, camina hasta ellos era el momento pues en dos días darán a Ángel de alta.

-¿Pasa algo, Hijo?-Pregunta su padre al verlo tan nervioso y preocupado.

Da unos pasos por la sala nervioso, sus manos pasan por su cabello castaño.

-Jacob...- Habla esta vez su madre, la mira y después a su padre.

-Tenemos que hablar...

-Adelante Hijo- Dice su padre, su hermano deja el celular para mirarlo.

Asiente, se sienta a lado de su hermano, enfrente de sus padres, coloco sus codos sobre sus piernas y baja la mirada.

-Antes de que Elizabeth muriera le hice una promesa.

-¿Cuál promesa, Hijo?

Ni él mismo se atrevía a decirlo, su hermano mayor lo mira curioso por una razón estaba muy seguro de saberlo.

-Le prometí que yo cuidaría del bebé...-Su padre se levanta del sofá sorprendido- le prometí que me haría cargo de él- No alza la mirada, no se atreve a mirarlo.

-Hijo, ¿estás hablando en serio?- Asiente.

Jamás ha hablado tan en serio, era una promesa que no podía romperla.

-Creo que serias un buen padre-Esta vez habla su hermano, alza la mirada para verlo- por una razón sabía qué harías eso, Jacob.

-Brayan por favor- Ahora la voz de su padre es seria, su tono de voz cambio- Jacob, sabes que un bebé no es fácil...

-Yo...

-Déjame terminar- Dice- es una responsabilidad hijo, tienes 20 años estás a la mitad de la carrera, no es fácil, sabiendo que ese niño no es tu hijo.

-Lo sé, sé muy bien que Ángel no es mi hijo.

-Además como lo cuidaras, no tienes un trabajo, eres un hijo de familia.

Las palabras de su padre a veces pueden ser duras y ofensivas, como hoy pero también sabe que es verdad no tiene nada que ofrecer aquel pequeño de casi 2 semanas de a ver nacido.

-Hijo- La mano de su padre posa en su hombro, lo mira- se que eres un gran chico de un noble corazón, eso lo heredaste de tu madre-Le da una mirada a su esposa, sonrío- se que los quieres ayudar, especialmente aquel pequeño que se quedo sin madre.

Asiente, su vista se nubla evita que las lagrimas salgan.

-No puedo dejarlo solo, padre- Sus labios tiembla al momento que su voz se quiebra- pero es un niño, no tiene a nadie...

-Tu acción es muy buena, Hijo- Habla esta vez su madre, quien estuvo callada minutos atrás- hiciste todo lo que estuvo entre tus manos, pronto será mayor de edad, ahora sabes tus decisiones.

-Yo te apoyo hermano.

Giro al verlo sorprendido, días atrás él estaba en contra que visitara a Elizabeth y al bebé y ahora tiene su apoyo.

-Sí, esa es tu decisión no puedo contra ella.

-No...

-Papá.

-No puedes cuidarlo tú solo- Una sonrisa ilumino el rostro del chico- ve, trae al pequeño a casa todos te apoyaremos.

Sin poder evitarlo lagrimas que contuvo minutos atrás han salido, abraza a su padre con fuerza su madre lleva sus manos hasta su boca también llora en silencio.

-Bueno...- Su hermano se levanta del sofá sonriendo- Oficialmente soy tío.

Ellos rieron, deja de abrazar a su padre para estar en brazos de su hermano, la vida de ángel y Jacob han cambiado.

ÁngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora